¡Antes de que diga “si”!
No se han de favorecer los matrimonios prematuros. Un com-
promiso tan importante como el matrimonio, y de resultados tan
trascendentales, no debe contraerse con precipitación, sin la suficien-
te preparación y antes de que las facultades intelectuales y físicas
estén bien desarrolladas
Los afectos formados en la infancia han terminado frecuente-
mente en uniones desgraciadas o separaciones vergonzosas. Rara
vez han resultado felices las uniones prematuras, si han sido hechas
sin el consentimiento de los padres... Una vez que ha madurado el
criterio, se contemplan atados el uno al otro para siempre, y quizás
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sin condiciones para hacerse mutuamente felices. Entonces, en vez
de tratar de sacar el mejor partido de su suerte, se hacen recrimi-
naciones, la brecha se agranda hasta sentir completa indiferencia
y despreocupación del uno hacia el otro. La palabra hogar no tie-
ne nada de sagrado para ellos. Hasta su misma atmósfera queda
envenenada por palabras duras y amargos reproches
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