Sombras sobre el nido
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El corazón anhela amor humano, pero este amor no es bastante
fuerte, ni puro, ni precioso para reemplazar el amor de Jesús. Úni-
camente en su Salvador puede la esposa hallar sabiduría, fuerza y
gracia para hacer frente a los cuidados, responsabilidades y pesares
de la vida. Ella debe hacer de él su fuerza y guía. Dése la mujer a
Cristo antes que darse a otro amigo terrenal, y no forme ninguna
relación que contraríe esto. Los que quieren disfrutar verdadera feli-
cidad, deben tener la bendición del cielo sobre todo lo que poseen,
y sobre todo lo que hacen. Es la desobediencia a Dios lo que llena
tantos corazones y hogares de infortunio. Hermana mía, a menos
que quiera tener un hogar del que nunca se levanten las sombras, no
se case con un enemigo de Dios
Unirse con un incrédulo es ponerse en el terreno de Satanás. Us-
ted agravia al Espíritu de Dios y pierde el derecho de su protección.
¿Puede usted incurrir en tales desventajas mientras pelea la batalla
por la vida eterna
“Si dos de vosotros se convinieren en la tierra, de toda cosa
que pidieren, les será hecha por mi Padre que está en los cielos”.
Mateo 18:19
. ¡Pero cuán extraño es el espectáculo! Mientras una de
las personas tan íntimamente unidas se dedica a la oración, la otra
permanece indiferente y descuidada; mientras una busca el camino
a la vida eterna, la otra se halla en el anchuroso camino que lleva a
la muerte
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