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Capítulo 22—La diligencia y la perseverancia
Satisfacción en las tareas cumplidas
—Con frecuencia los ni-
ños comienzan un trabajo con entusiasmo, pero de pronto se con-
funden o se cansan de él y quieren cambiar y realizar alguna cosa
nueva. Así pueden comenzar varias cosas, desanimarse y abando-
narlas; y así pasan de una cosa a otra sin perfeccionar ninguna. Los
padres no deberían permitirles que esa tendencia al cambio domine
a sus hijos. No deberían recargarse con otras cosas de modo que no
tengan tiempo para disciplinar y desarrollar con paciencia su mente.
Unas pocas palabras de ánimo, o un poco de ayuda en el momento
debido, puede ayudarles a superar sus dificultades y desánimos; y la
satisfacción que obtendrán de ver que la tarea ha sido completada
los estimulará a mayores realizaciones.
Muchos niños, por falta de palabras de ánimo y un poco de ayuda
en sus esfuerzos, se desalientan y cambian de una cosa a otra. Y
llevan con ellos este triste defecto a la vida madura. Nunca logran
convertir en éxito ninguna de las cosas que inician, porque no han
sido enseñados a perseverar bajo circunstancias desanimadoras. Así
toda la vida de muchos resulta un fracaso, porque no tuvieron una
disciplina correcta cuando eran jóvenes. La educación recibida en
la infancia y la juventud afecta toda su carrera en las ocupacio-
nes de la vida madura, y su experiencia religiosa lleva la marca
correspondiente.—
Testimonies for the Church 3:147, 148
.
Los hábitos de indolencia son llevados a la vida madura
Los niños que han sido mimados y a quienes se les ha dado siempre
lo que quieren, siguen esperando que se los atienda en esa forma; y
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si no se satisfacen sus expectativas, se molestan y desaniman. Esta
misma disposición se verá en toda su vida; llegarán a ser inútiles,
dependerán de otros para recibir ayuda, esperarán que otros los
favorezcan y cedan a sus deseos. Y si encuentran oposición, aun
después de que se hayan convertido en hombres y mujeres, piensan
que se está abusando de ellos; y así llevan una vida descontenta, y
difícilmente pueden valerse por sí mismos, a menudo murmuran y
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