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Capítulo 34—Formas en las que se arruina el
carácter
Los padres pueden sembrar la semilla de la ruina
—Los pa-
dres que siguen una conducta errónea enseñan a sus hijos lecciones
que les resultarán dañosas, y también siembran espinas para sus
propios pies. . . En gran medida los padres tienen en sus propias
manos la felicidad futura de sus hijos. A ellos les incumbe la obra
importante de formar el carácter de estos hijos. Las instrucciones
que les dieron en la niñez los seguirán durante toda la vida. Los
padres siembran la semilla que brotará y dará fruto para bien o
mal. Pueden hacer a sus hijos idóneos para la felicidad o para la
desgracia.—
Joyas de los Testimonios 1:142, 143
.
Por la indulgencia o la autoridad férrea
—A menudo se ac-
cede a los caprichos de los niños desde que son pequeñitos, y así
se fijan hábitos inconvenientes. Los padres han estado torciendo el
vástago. Por la dirección que le den a la educación, el carácter se
desarrollará deforme, o simétrico y bello. Pero al paso que muchos
yerran en lo que respecta a la indulgencia, otros se van al extremo
opuesto y gobiernan a sus hijos con vara de hierro. Ninguno de éstos
sigue las directivas de la Biblia, sino que están haciendo una terrible
obra. Están moldeando las mentes de sus niños y deben rendir cuenta
en el día de Dios por la forma en que lo han hecho. La eternidad re-
velará los resultados de la obra realizada en esta vida.—
Testimonies
for the Church 4:368, 369
.
Por el fracaso en educar para Dios
—Los padres descuidan
una solemne obligación cuando fallan en educar a sus hijos para
que guarden el camino del Señor y hagan lo que él ha ordenado.—
[162]
Manuscrito 12, 1898
.
Se ha dejado que algunos [niños] obren a su antojo; otros han
sido tomados en falta y desanimados. Pero se les ha manifestado
poca afabilidad, poca jovialidad y pocas palabras de aprobación.—
Manuscrito 34, 1893
.
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