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Capítulo 80—La reverencia por lo que es santo
La preciosa gracia de la reverencia
—Otro don que debería ser
cuidadosamente fomentado es el de la reverencia.—
La Educación,
237
.
La educación y preparación de los jóvenes debe ser de un carácter
que ensalce las cosas sagradas y estimule la devoción pura a Dios
en su casa. Muchos de los que profesan ser hijos del Rey celestial
no tienen verdadero aprecio por el carácter sagrado de las cosas
eternas.—
Joyas de los Testimonios 2:198, 199
.
Dios ha de ser reverenciado
—La verdadera reverencia hacia
Dios es inspirada por el sentimiento de su infinita grandeza y la
comprensión de su presencia. El corazón de todo niño debería ser
profundamente impresionado con esta sensación del Invisible.—
La
Educación, 237
.
Ha de ser reverenciado su nombre
—También se debería mos-
trar reverencia hacia el nombre de Dios. Nunca se debería pronunciar
ese nombre con ligereza o indiferencia. Hasta en la oración se debe-
ría evitar su repetición frecuente o innecesaria. “Santo y temible es
su nombre”.
Salmos 111:9
. Los ángeles, al pronunciarlo, cubren sus
rostros. ¡Con cuánta reverencia deberíamos pronunciarlo nosotros
que somos caídos y pecadores!—
La Educación, 238
.
Su Palabra es sagrada
—Deberíamos reverenciar la Palabra de
Dios. Deberíamos mostrar respeto hacia el volumen impreso y no
darle usos comunes ni manosearlo descuidadamente. Nunca debería
ser citada la Escritura en broma, ni parafraseada para decir una
agudeza. “Toda palabra de Dios es acrisolada”; “como plata refinada
en horno de tierra, siete veces acrisolada”.
Proverbios 30:5
;
Salmos
[511]
12:6
.—
La Educación, 238
.
Debiera enseñarse a los niños que respeten cada palabra que
procede de la boca de Dios. Los padres han de magnificar siempre
los preceptos de la ley de Dios delante de sus hijos, mostrando
obediencia a esa ley y viviendo ellos mismos bajo los requerimientos
de Dios. Si los padres son poseídos por un sentimiento de lo sagrado
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