Página 183 - El Evangelismo (1994)

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Capítulo 8—La predicación de las verdades
distintivas
La proclamación del segundo advenimiento
Despertad a la gente para la preparación
—Vivimos en la ter-
minación de la historia de esta tierra... La profecía se está cumplien-
do. Pronto Cristo vendrá con poder y grande gloria. No tenemos
tiempo que perder. Resuene el mensaje con fervientes palabras de
amonestación.
Por doquiera debemos persuadir a los hombres a arrepentirse
y huir de la ira que vendrá. Tienen almas que salvar o perder. No
haya indiferencia en este asunto. El Señor llama a obreros que estén
llenos de un propósito ferviente y decidido. Decid a la gente que
esté preparada a tiempo y fuera de tiempo. Con las palabras de vida
en vuestros labios, id a decir a los hombres y mujeres que el fin de
todas las cosas está a las puertas.
Preservemos nuestras almas en el amor de Dios. La nota de amo-
nestación debe ser dada. La verdad no debe languidecer en nuestros
labios. Debemos despertar a la gente para que haga una prepara-
ción inmediata, porque poco nos imaginamos lo que está delante de
nosotros. Estoy tan convencida como siempre de que vivimos en
el último remanente del tiempo. Presente cada maestro una puerta
abierta ante todos los que quieran venir a Jesús, arrepintiéndose de
sus pecados.—
Carta 105, 1903
.
Proclamadlo en todo país
—Se me ha indicado que presente
palabras de amonestación a nuestros hermanos y hermanas que están
en peligro de perder de vista la obra especial para este tiempo. En
todo país hemos de promulgar la segunda venida de Cristo, en el
lenguaje del revelador, quien proclama: “He aquí que viene con
las nubes, y todo ojo le verá”.—
Testimonies for the Church 8:116
(1904)
.
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