Página 213 - El Evangelismo (1994)

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La predicación de las verdades distintivas
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desea que ocurra. Los hombres están repitiendo el pecado de Nadab
y Abiú. Están utilizando fuego profano en lugar de fuego sagrado en
el servicio de Dios. El Señor no acepta tales ofrendas.
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Todos estos métodos para llevar dinero a su tesorería constituyen
una abominación para él. Es una falsa devoción la que promueve
tales procedimientos. ¡Cuánta ceguera e infatuación afectan a mu-
chos que pretenden ser cristianos! Los miembros de la iglesia están
haciendo lo mismo que los habitantes del mundo que vivían en los
días de Noé, cuando sus pensamientos se dirigían continuamente
hacia el mal. Todos los que temen a Dios aborrecerán tales prácticas
como una desfiguración de la religión de Cristo Jesús.—
Consejos
sobre Mayordomía Cristiana, 216 (1896)
.
La mayordomía humana
—Todavía hay un significado mucho
más profundo en la regla de oro. Todo aquel que haya sido hecho
mayordomo de la gracia múltiple de Dios está en la obligación de
impartirla a las almas sumidas en la ignorancia y la oscuridad, así
como, si él estuviera en su lugar, desearía que se la impartiesen. Dijo
el apóstol Pablo: “A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios
soy deudor”.
Romanos 1:14
. Por todo lo que hemos conocido del
amor de Dios y recibido de los ricos dones de su gracia, por encima
del alma más entenebrecida y degradada del mundo, estamos en
deuda con ella para comunicarle esos dones.—
El Discurso Maestro
de Jesucristo, 114 (1896)
.
Presentación del espíritu de profecía
Los nuevos creyentes deben tener un claro entendimiento
A medida que se acerca el fin, y la obra de dar la última amonestación
al mundo se extiende, se va haciendo más importante que aquellos
que aceptan la verdad presente tengan una clara comprensión de la
naturaleza e influencia de los testimonios que Dios en su providencia
ha vinculado con la obra del mensaje del tercer ángel desde su mismo
surgimiento.—
Testimonies for the Church 5:654 (1889)
.
La actual instrucción de Dios
—En los tiempos antiguos Dios
habló a los hombres por boca de los profetas y apóstoles. En estos
días él les habla por los testimonios de su Espíritu. Nunca hubo un
tiempo cuando Dios instruyera a su pueblo más fervientemente de lo