Página 95 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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La semana literal
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hojas y las flores se abren. Es él quien “hace a los montes producir
hierba”, por su poder los valles se fertilizan. Todas las bestias de los
bosques piden a Dios su alimento, y toda criatura viviente, desde el
diminuto insecto hasta el hombre, dependen diariamente de su divina
providencia. Según las hermosas palabras del salmista: “Todos ellos
esperan en ti, para que les des la comida a su tiempo. Tú les das y
ellos recogen; abres tu mano y se sacian de bien”.
Salmos 104:27,
28
. Su Palabra controla los elementos, él cubre los cielos de nubes y
prepara la lluvia para la tierra. “Da la nieve como lana y derrama la
escarcha como ceniza”. “A su voz se produce un tumulto de aguas
en el cielo; él hace subir las nubes del extremo de la tierra, trae los
relámpagos con la lluvia y saca el viento de sus depósitos”.
Salmos
147:8, 16
;
Jeremías 10:13
.
Dios es el fundamento de todas las cosas. Toda verdadera ciencia
está en armonía con sus obras; toda verdadera educación nos guía
a obedecer a su gobierno. La ciencia abre nuevas maravillas ante
nuestra vista, se remonta alto, y explora nuevas profundidades; pero
de su búsqueda no trae nada que esté en conflicto con la divina
revelación. La ignorancia puede tratar de respaldar puntos de vista
falsos con respecto a Dios valiéndose para ello de la ciencia; pero el
libro de la naturaleza y la Palabra escrita se iluminan mutuamente.
De esa manera somos guiados a adorar al Creador, y confiar con
inteligencia en su Palabra.
Ninguna mente finita puede comprender plenamente la existen-
cia, el poder, la sabiduría, o las obras del Infinito. El escritor sagrado
dice: “¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás a la perfec-
ción del Todopoderoso? Es más alta que los cielos: ¿qué harás? Es
más profunda que el seol: ¿cómo la conocerás? En longitud sobrepa-
sa a la tierra, y es más ancha que el mar”.
Job 11:7-9
. Los intelectos
más poderosos de la tierra no pueden comprender a Dios. Los hom-
bres podrán investigar y aprender siempre; pero habrá siempre un
infinito inalcanzable para ellos.
Sin embargo, las obras de la creación dan testimonio de la gran-
deza y del poder de Dios. “Los cielos cuentan la gloria de Dios y
el firmamento anuncia la obra de sus manos”.
Salmos 19:1
. Los
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que reciben la Palabra escrita como su consejera encontrarán en
la ciencia un auxiliar para comprender a Dios. “Lo invisible de él,
su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la