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Timoteo, 28 de septiembre
Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos
y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra;
que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con
toda paciencia y doctrina.
2 Timoteo 4:1, 2
.
Esta amonestación solemne a alguien tan celoso y fiel como Timoteo, cons-
tituye un poderoso testimonio de la importancia y la responsabilidad de la obra
del ministro evangélico. Llamándolo ante el tribunal de Dios, Pablo le ordena
predicar la Palabra, no los dichos y costumbres de los hombres; y estar listo para
testificar por Dios en cualquier oportunidad que se le presente, delante de grandes
congregaciones o en círculos privados, por el camino o en los hogares, a amigos y
a enemigos, en seguridad o expuesto a dificultades y peligros, oprobios y pérdidas.
Temiendo de que la moderación de Timoteo y su disposición condescendiente
pudiera inducirlo a rehuir una parte esencial de su tarea, lo exhortó a ser fiel en la
reprensión del pecado, y hasta en reprender con severidad a los que eran culpables
de graves males. No obstante, debía hacerlo “con toda paciencia y doctrina”.
2
Timoteo 4:2
. Debía revelar la paciencia y el amor de Cristo, y explicar y reforzar
sus reprensiones con las verdades de la Palabra.
Odiar y reprender el pecado, y al mismo tiempo manifestar misericordia y
ternura hacia el pecador, es tarea difícil. Cuanto más fervoroso sea nuestro esfuerzo
para obtener santidad de vida y corazón, tanto más aguda será nuestra percepción
del pecado y más decidida nuestra desaprobación frente a cualquier desviación
de lo recto. Debemos cuidarnos de no ser excesivamente severos hacia los que
obran mal; pero al mismo tiempo no debemos perder de vista la suma gravedad
del pecado. Es necesario manifestar paciencia y amor cristiano por el pecador;
pero también existe el peligro de ser tan tolerantes con sus errores, que le parezca
inmerecida la reprensión, y la rechace como innecesaria e injusta.—
Los Hechos
de los Apóstoles, 400, 401
.
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