Página 169 - Servicio Cristiano (1981)

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la vida. Dirigid su mente a Aquel que ha formado y mantiene en
movimiento la maravillosa maquinaria del cuerpo. Decidles que nos
toca a nosotros cooperar con Dios, cuidando sabiamente de todas
nuestras facultades y órganos.
El debido cuidado del cuerpo es una gran responsabilidad, y
requiere un conocimiento inteligente de sus partes. Decidles que
Dios queda deshonrado cuando, por la complacencia del apetito
y la pasión, muchos hacen mal uso de la maravillosa maquinaria
del cuerpo, de manera que ésta realice su labor débilmente y con
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dificultad. Decidles que los libros que tenéis para vender dan mucha
instrucción valiosa con respecto a la salud, y que al poner en práctica
estas instrucciones ahorrarán mucho sufrimiento y también gran
parte del dinero que se gasta en pagar las cuentas de los médicos.
Decidles que en estos libros hay consejos que probablemente no
pueden obtener de su médico durante las cortas visitas que éste les
hace.—
The Southern Watchman, 20 de noviembre de 1902
.
Cuando los jóvenes echen mano de la obra del colportaje llenos
de un intenso anhelo de salvar a sus semejantes, verán almas con-
vertidas. Por su trabajo se cosechará una mies para el Señor. Salgan
pues como misioneros para hacer circular la verdad presente, orando
constantemente por un aumento de la luz y el conocimiento, para
que sepan cómo hablar palabras en sazón al cansado. Deben apro-
vechar toda oportunidad de realizar un acto de bondad, recordando
que así están haciendo diligencias para el Señor... En el desempeño
de su obra deben llevar consigo siempre algunos libros; pues la
reforma pro salud es el brazo derecho del mensaje.—
The Southern
Watchman, 15 de enero de 1903
.
Haced circular nuestras publicaciones sin distinción
Hay muchos lugares en los cuales la voz del predicador no puede
ser oída, lugares que pueden alcanzarse tan sólo por medio de las pu-
blicaciones: libros, periódicos y folletos llenos de la verdad bíblica
que la gente necesita. Nuestros impresos han de ser distribuidos por
doquiera. La verdad ha de sembrarse sobre todas las aguas; porque
no sabemos cuál ha de prosperar, si esto o lo otro. En nuestro juicio
falible podemos pensar que es desacertado dar publicaciones precisa-
mente a las personas que aceptarían la verdad más prestamente. No
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