Página 341 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Los diezmos y ofrendas
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de cultivar la benevolencia, y lo mantiene dando habitualmente para
ayudar a los pobres y fomentar el adelanto de su causa. Envía a
sus pobres como representantes suyos. Por las necesidades de estos
últimos, un mundo arruinado está obteniendo de nosotros talentos,
recursos e influencia, destinados a presentar a los hombres la verdad
por cuya falta perecen. En la medida en que atendemos estos pedidos
mediante nuestro trabajo y generosidad, nos vamos asemejando a
Aquel que por nosotros se hizo pobre. Al impartir, beneficiamos a
otros y así acumulamos verdaderas riquezas.
Intereses mundanos y tesoros celestiales
Ha habido en la iglesia una gran falta de generosidad cristiana.
Los que estaban en la mejor posición para hacer progresar la causa
de Dios, han hecho poco. Dios ha atraído misericordiosamente a una
clase de personas al conocimiento de la verdad para que apreciase el
inestimable valor de ésta en comparación con los tesoros terrenales.
Jesús les ha dicho: “Seguidme.” Las está probando con una invita-
ción a la cena que él ha preparado. Observa para ver qué carácter
adquirirán, y si considerarán que sus propios intereses son de mayor
valor que las riquezas eternas. Muchos de estos amados hermanos
formulan, por medio de sus actos, las excusas mencionadas en la
siguiente parábola:
[362]
“El entonces le dijo: Un hombre hizo una grande cena, y convidó
a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los
convidados: Venid, que ya está todo aparejado. Y comenzaron todos
a una a excusarse. El primero le dijo: He comprado una hacienda,
y necesito salir y verla; te ruego que me des por excusado. Y el
otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos;
ruégote que me des por excusado. Y el otro dijo: Acabo de casarme,
y por tanto no puedo ir. Y vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a
su señor. Entonces enojado el padre de la familia, dijo a su siervo:
Ve presto por las plazas y por las calles de la ciudad, y mete acá los
pobres, los mancos, y cojos, y ciegos.”
Lucas 14:16-21
.
Esta parábola representa correctamente la condición de muchos
de los que profesan creer la verdad presente. El Señor les ha envia-
do una invitación a venir a la cena que él ha preparado para ellos
con gran costo de su parte; pero los intereses mundanales les pare-