La obediencia voluntaria
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diciendo, como dijo a Eva en el huerto: “No moriréis.”
Génesis 3:4
.
La desobediencia no sólo endurece el corazón y la conciencia del
culpable, sino que tiende a corromper la fe de los demás. Lo que les
parecía muy malo al principio, pierde gradualmente esta apariencia
al estar constantemente delante de sus ojos, hasta que finalmente
dudan de que sea realmente un pecado, e inconscientemente caen en
el mismo error.
Por Samuel, Dios ordenó a Saúl que fuera e hiriese a los amale-
citas y destruyese completamente todas sus posesiones. Pero Saúl
obedeció tan sólo parcialmente la orden; destruyó el ganado flaco,
pero se reservó el de mejor calidad y perdonó la vida al perverso rey.
Al día siguiente recibió al profeta Samuel lisonjeándose y congra-
tulándose: “Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra
de Jehová.” Pero el profeta contestó inmediatamente: “¿Pues qué
balido de ganados y bramido de bueyes es éste que yo oigo con mis
oídos?”
1 Samuel 15:13, 14
.
Saúl quedó confuso, y trató de rehuir la responsabilidad contes-
tando: “De Amalec los
han
traído; porque
el pueblo
perdonó a lo
mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios;
pero lo demás lo destruimos.”
1 Samuel 15:15
. Samuel reprendió
entonces al rey, recordándole la orden explícita que Dios le diera
de destruir todas las cosas pertenecientes a Amalec. I e señaló su
transgresión y declaró que había desobedecido al Señor. Pero Saúl se
negó a reconocer que había hecho mal; volvió a disculpar su pecado,
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alegando que se había reservado el mejor ganado para sacrificarlo a
Jehová,
El corazón de Samuel se entristeció por la persistencia con que
el rey se negaba a ver y confesar su pecado. Preguntó con tristeza:
“¿Tiene Jehová tanto contentamiento con los holocaustos y víctimas,
como en obedecer a las palabras de Jehová ? Ciertamente el obedecer
es mejor que los sacrificios; y el prestar atención que el sebo de los
carneros: porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como
ídolos e idolatría el infringir. Por cuanto tú desechaste la palabra de
Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.”
1 Samuel
15:22, 23
.