Página 476 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
Un hombre honrado, según la medida de Cristo, es el que mani-
fiesta integridad inquebrantable. Las pesas engañosas y las balanzas
falsas con que muchos tratan de incrementar sus intereses en el
mundo, son abominación a la vista de Dios. Sin embargo, muchos
de los que profesan guardar los mandamientos de Dios trabajan con
pesas y balanzas falsas. Cuando un hombre está verdaderamente
relacionado con Dios y guarda su ley en verdad, su vida lo revelará,
porque todas sus acciones estarán en armonía con las enseñanzas de
Cristo. No venderá su honra por ganancia. Sus principios se basan
en el fundamento seguro, y su conducta en asuntos mundanales es
un trasunto de sus principios. La firme integridad resplandece como
el oro entre la escoria y la basura del mundo. Se puede pasar por
alto y ocultar a los ojos de los hombres el engaño, la mentira y la
infidelidad, pero no a los ojos de Dios. Los ángeles del Señor, que
vigilan el desarrollo de nuestro carácter y pesan nuestro valor moral,
registran en los libros del cielo estas transacciones menores que re-
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velan el carácter. Si un obrero es infiel en las vocaciones diarias de la
vida, y descuida su trabajo, el mundo no lo juzgará incorrectamente
si estima su norma religiosa de acuerdo con su norma comercial.
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel: y el
que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.”
Lucas
16:10
. No es la magnitud de un asunto lo que hace que sea justo o
injusto. Así como un hombre trata con sus semejantes, tratará con
Dios. El que es infiel en las riquezas injustas, no recibirá nunca las
riquezas verdaderas. Los hijos de Dios no deben dejar de recordar
que en todas sus transacciones comerciales son probados y pesados
en la balanza del santuario.
Cristo dijo: “No puede el buen árbol llevar malos frutos, ni el
árbol maleado llevar frutos buenos.” “Así que, por sus frutos los
conoceréis.”
Mateo 7:18, 20
. Los hechos de la vida de un hombre
son los frutos que lleva. Si es infiel, y le falta honradez en las cosas
temporales, produce espinas y cardos; será infiel en la vida religiosa
y robará a Dios en los diezmos y las ofrendas.
La Biblia condena en los términos más enérgicos toda mentira,
trato falso e improbidad. Lo bueno y lo malo se manifiestan clara-
mente. Pero se me mostró que el pueblo de Dios se ha puesto sobre
el terreno del enemigo, ha cedido a sus tentaciones y ha seguido sus
designios hasta que sus sensibilidades han quedado terriblemente