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Herencia y ambiente
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ya no tiene las riendas, sino las ha cedido a la concupiscencia.—
Testimonies for the Church 5:356, 357 (1885)
.
Los males del tabaco trasmitidos a los hijos
—Entre los niños
y jóvenes el uso del tabaco hace un daño incalculable. Las prácticas
malsanas de las generaciones pasadas afectan a los niños y jóvenes
de hoy. La incapacidad mental, la debilidad física, las perturbaciones
nerviosas y los deseos antinaturales se transmiten como un legado
de padres a hijos. Y las mismas prácticas, seguidas por los hijos,
aumentan y perpetúan los malos resultados. A esta causa se debe en
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gran parte la deterioración física, mental y moral que produce tanta
alarma.—
El Ministerio de Curación, 252 (1905)
.
Los niños heredan las inclinaciones
—Los niños heredan las
inclinaciones al mal, pero también tienen muchos hermosos rasgos
de carácter. Estos deberían ser fortalecidos y desarrollados, mientras
que las tendencias hacia el mal deberían ser cuidadosamente vigi-
ladas y reprimidas. Los niños nunca deberían ser adulados, porque
la adulación es veneno para ellos; pero los padres deberían mostrar
un cuidado tierno y santificado por ellos, y así ganar su confianza y
amor.—
The Review and Herald, 24 de enero de 1907
.
Palabras de alabanza apropiadas
—Siempre que la madre pue-
da dar una palabra de alabanza por la buena conducta de sus hijos,
debería hacerlo. Debería animarlos con palabras de aprobación y
miradas de amor. Estas serán como la luz del sol para el corazón del
niño y conducirán al cultivo del respeto propio y a la dignidad del
carácter.—
Testimonies for the Church 3:352 (1889)
.
El temperamento irritable a veces se hereda
—Algunos han
recibido como herencia el temperamento irritable, y su educación
en la niñez no les ha enseñado el autocontrol. Con frecuencia a este
temperamento fogoso, se unen la envidia y los celos.—
Testimonies
for the Church 2:74 (1868)
.
Satanás se aprovecha de las debilidades heredadas
—En
nuestra propia fortaleza, nos es imposible negarnos a los clamo-
res de nuestra naturaleza caída. Por su medio, Satanás nos presentará
tentaciones. Cristo sabía que el enemigo se acercaría a todo ser hu-
mano para aprovecharse de las debilidades hereditarias y entrampar,
mediante sus falsas insinuaciones, a todos aquellos que no con-
fían en Dios. Y recorriendo el terreno que el hombre debe recorrer,
nuestro Señor ha preparado el camino para que venzamos. No es