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Capítulo 31—Problemas de los jóvenes
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Los jóvenes son receptivos y tienen esperanzas
—El Señor
pide que jóvenes y señoritas entren en su servicio. Los jóvenes son
receptivos, fuertes, ardientes y esperanzados. Una vez que hayan
gustado la bendición del sacrificio propio, no estarán satisfechos a
menos que estén aprendiendo constantemente del gran Maestro. El
Señor abrirá caminos ante los que quieran responder a su llamado.—
EC 457 (1900)
.
Los jóvenes deben elegir el destino de su vida
—Cada joven
determina la historia de su vida por los pensamientos y sentimientos
acariciados en sus primeros años. Los hábitos correctos, virtuosos y
viriles, formados en la juventud, se convertirán en parte del carácter
y, por regla general, señalarán el curso del individuo por toda la vida.
Los jóvenes pueden convertirse en depravados o virtuosos a elección
propia. Tanto pueden llegar a distinguirse por hechos dignos y nobles
como por grandes crímenes y maldad.—
The Signs of the Times, 11
de octubre de 1910
;
Conducción del Niño, 181
.
La enseñanza que produce debilidad mental y moral
—En el
caso de que no se les enseñe a los jóvenes a pensar debidamente y
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actuar por su cuenta, en la medida en que lo permita su capacidad e
inclinación mental, a fin de que por este medio pueda desarrollarse
su pensamiento, su sentido de respeto propio, y su confianza en
su propia capacidad de obrar, el adiestramiento severo producirá
siempre una clase de seres débiles en fuerza mental y moral. Y
cuando se hallen en el mundo para actuar por su cuenta, revelarán el
hecho de que fueron adiestrados como los animales, y no educados.
Su voluntad, en vez de ser guiada, fue forzada a someterse por la
dura disciplina de padres y maestros.—
Joyas de los Testimonios
1:316 (1872)
.
Debe educarse la mente para que gobierne la vida
—Los ni-
ños tienen una voluntad inteligente, que debe ser dirigida para que
controle todas sus facultades. Los animales necesitan ser adiestra-
dos, porque no tienen razón de intelecto. Pero a la mente humana
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