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Mente, Cáracter y Personalidad 1
inclinaciones y ligarse en su destino futuro con cuerdas que sean
como bandas de acero.—
Carta 23, 1893
.
Lazos equivocados pueden debilitar los poderes de la mente
(consejo a una niña de dieciocho años)
—Usted no tiene el derecho
de poner sus afectos en ningún joven sin el consentimiento pleno
de su padre y de su madre. Usted es sólo una niña, y el que usted
muestre una preferencia por algún joven sin el conocimiento y la
aprobación plenos de sus padres es para ellos una deshonra. Los
lazos que la unen con este joven le quitan a usted la paz mental y
el sueño saludable. Está llenando su mente con locas fantasías y
sentimentalismo. La está demorando en sus estudios y está dañando
seriamente sus poderes mentales y físicos. Si alguien se le opone, se
vuelve irritable y sin ánimo.—
Carta 9, 1904
.
Los reglamentos del colegio
—Las reglas de este colegio [del
norte de California] custodian estrictamente la asociación de jóvenes
y señoritas durante el período lectivo. Sólo cuando estas reglas se
suspenden temporariamente, como a veces ocurre, se les permite a
los caballeros acompañar a las damas a las reuniones públicas y al
regresar de ellas.
Nuestro propio colegio en Battle Creek tiene reglas similares
aunque no tan severas. Tales reglas son indispensables para proteger
a los jóvenes de los peligros de un galanteo prematuro y un matri-
monio imprudente. Los padres envían a los jóvenes al colegio para
obtener una educación, no para coquetear con el sexo opuesto. El
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bien de la sociedad como también los más elevados intereses de los
alumnos, requiere que no intenten seleccionar un compañero para la
vida mientras su propio carácter no está desarrollado, su juicio es
inmaduro, y mientras al mismo tiempo están privados del cuidado y
la conducción de sus padres.—
The Signs of the Times, 2 de marzo
de 1882
;
Fundamentals of Christian Education, 62
.
La edad, las condiciones y la disposición mental
—En todo
trato con los estudiantes, debemos tener en cuenta la edad y el
carácter. No podemos tratar exactamente igual a los jóvenes y a
los viejos. En ciertas circunstancias, hombres y mujeres de sana
experiencia y buena conducta pueden recibir algunos privilegios que
no se darían a los estudiantes más jóvenes. La edad, las condiciones
y la disposición mental deben tomarse en cuenta. Debemos ser
sabiamente considerados en todo lo que hacemos. Pero no debemos