Página 27 - Mente, C

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El cristiano y la psicología
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debidamente y para que tanto hombres como mujeres posean una
mente bien equilibrada.—
EC 33 (1872)
.
El conocimiento y la ciencia deben ser vitalizados por el Es-
píritu Santo
—Los talentos de una persona prestan la máxima utili-
dad sólo cuando son puestos bajo el control completo del Espíritu
de Dios. Los preceptos y principios de la religión son los primeros
pasos en la adquisición del conocimiento, y se ubican en los fun-
damentos mismos de la verdadera educación. El conocimiento y la
ciencia deben ser vitalizados por el Espíritu de Dios a fin de servir a
los propósitos más nobles.
Sólo el cristiano puede usar correctamente el conocimiento. La
ciencia, para ser plenamente apreciada, debe ser considerada desde
un punto de vista religioso. Entonces, todos adorarán al Dios de la
ciencia. El corazón que ha sido ennoblecido por la gracia de Dios
puede comprender mejor el verdadero valor de la educación. Los
atributos de Dios, tal como se observan en sus obras creadas, sólo
pueden apreciarse cuando conocemos al Creador.
Los maestros deben estar familiarizados no sólo con la teoría de
la verdad sino deben tener también un conocimiento experimental
del camino de la santidad para conducir a los jóvenes a las fuentes
de la verdad, al Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo.
El conocimiento es poder para bien sólo cuando está unido con
la verdadera piedad. Un alma vaciada del yo será noble. Cuando
Cristo more en el corazón por la fe seremos sabios a la vista de
Dios.—
Manuscrito 44, 1894
.
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El ser entero debe abrirse a las influencias sanadoras del
cielo
—Cristo es el manantial de la vida. Lo que muchos necesitan
es un conocimiento más claro de él; necesitan que se les enseñe con
paciencia y bondad, pero también con fervor, a abrir de par en par
todo su ser a las influencias curativas del Cielo. Cuando el sol del
amor de Dios ilumina los obscuros rincones del alma, el cansancio y
el descontento pasan, y satisfacciones gratas vigorizan la mente, al
par que dan salud y energía al cuerpo.—
El Ministerio de Curación,
191 (1905)
.
Las gracias no se desarrollan en un momento
—Las preciosas
gracias del Espíritu Santo no se desarrollan en un momento. El valor,
la mansedumbre, la fe, la confianza inquebrantable en el poder de
Dios para salvar, se adquieren por la experiencia de años. Los hijos