Página 196 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
acercan al tiempo de la venida del Señor, pero nadie podrá predecir
precisamente cuándo será ese tiempo, pues “no sabéis el día ni la
hora”. No podréis decir que Cristo vendrá dentro de uno, dos o cinco
años; tampoco debéis posponer su venida diciendo que quizá no se
produzca ni en diez ni en veinte años.
Tengamos las lámparas despabiladas y ardiendo
El deber del pueblo de Dios es tener sus lámparas despabiladas
y ardiendo, ser como los hombres que esperan que el Novio vuelva
de la boda. No tenéis un momento que perder descuidando la gran
salvación que os ha sido provista. Está llegando a su fin el tiempo de
gracia de las almas. Está siendo sellado el destino de los hombres
día tras día, y aun de esta congregación no sabemos cuán pronto
cerrarán los ojos muchos en la muerte y serán preparados para la
tumba. Ahora debiéramos considerar que nuestra vida transcurre
rápidamente, que no estamos seguros ni un momento, a menos que
nuestra vida esté escondida con Cristo en Dios. No es nuestro deber
estar aguardando algún tiempo especial en el futuro cuando se haga
alguna obra especial en nuestro favor, sino avanzar en nuestra obra
de amonestar al mundo, pues hemos de ser testigos de Cristo hasta
los confines de la tierra.
Nos rodean por doquiera los jóvenes, los impenitentes, los in-
conversos, ¿y qué estamos haciendo por ellos? Padres, en el ardor de
vuestro primer amor, ¿estáis procurando la conversión de vuestros
hijos, o estáis enfrascados en las cosas de esta vida hasta el punto de
que no hacéis esfuerzos fervientes para ser colaboradores con Dios?
¿Apreciáis la obra y misión del Espíritu Santo? ¿Comprendéis que
el Espíritu Santo es el instrumento por el cual hemos de llegar a las
almas de los que nos rodean? Cuando termine esta reunión, ¿os iréis
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de aquí y os olvidaréis de las fervientes exhortaciones que se os han
hecho? ¿Será dejado sin atender el mensaje de amonestación, y se
escurrirá de vuestro corazón la verdad que habéis oído, como agua
que se escurre de una vasija rota?
Dice el apóstol: “Por tanto, es necesario que con más diligencia
atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.
Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y
toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo