Página 277 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Una pregunta contestada
Los que experimentan la influencia de mis enemigos hacen con
frecuencia esta pregunta: “¿Se está poniendo orgullosa la Sra. Whi-
te? He oído decir que usa un sombrero lleno de moños y cintas”.
Espero no estar poniéndome orgullosa. Mi manera de vestir es
la misma que he usado durante varios años. Me opongo al uso de
miriñaques o refajos huecos con armadura de alambre y de moños
y cintas innecesarios. He usado durante dos años un sombrero de
terciopelo sin cambiarle los lazos, excepto para limpiarlos con agua
y jabón. Puse el mismo terciopelo sobre una nueva armadura, y
volveré a usarlo este invierno. Creo que los observadores del sábado
deben vestirse con sencillez y economía. Los que desean hablar, lo
harán aunque no les demos ocasión de hacerlo. No espero satisfacer
a todos con mi manera de vestir, pero creo que es mi deber usar
ropa durable, vestirme con buen gusto y con pulcritud, y satisfacer
mi propio gusto si éste no se halla en desacuerdo con la Palabra de
Dios.
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