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Mente, Cáracter y Personalidad 2
Dios en vuestros corazones, aunque os encontréis deprimidos por
una sensación de peso y de tristeza. Os digo como alguien que sabe,
que la luz vendrá, que tendremos gozo y que la niebla y las nubes
serán rechazadas. Y así pasaremos del poder opresivo de las sombras
y las tinieblas al sol brillante de su presencia.—
Mensajes Selectos
2:278 (1892)
.
La fe como evidencia del cristianismo
—Cuando reciban auxi-
lio y consuelo, canten alabanzas a Dios. Hablen con el Señor. Así
llegarán a ser amigos del Altísimo. Confiarán en él. Tendrán una fe
que confiará ya sea que sientan que están confiando o no. Recuerden
que el sentimiento no es una evidencia de que son cristianos. La fe
inconmovible en Dios pone de manifiesto que ustedes son sus hijos.
Confíen en Dios. Nunca los defraudará. Dice: “No os dejaré huér-
fanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá
más, pero vosotros me veréis; porque yo vivo, y vosotros también
viviréis”.
Juan 14:18, 19
. No vemos a Cristo en persona. Por fe lo
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contemplamos. Nuestra fe se aferra de sus promesas. Así caminó
Enoc con Dios.—
Manuscrito 27, 1901
.
La fe es real
—Moisés no sólo pensaba en Dios, sino que lo veía.
Dios era la visión constante que tenía delante de sí. Nunca perdía de
vista su rostro.
Para Moisés la fe no era una conjetura, sino una realidad. Creía
que Dios regía su vida en particular, y lo reconocía en todos sus
detalles. Confiaba en él a fin de obtener fuerza para resistir todas las
tentaciones.—
La Educación, 63 (1903)
.
Fe en Cristo, no en el manto
—Al pasar, ella [la mujer enferma]
se adelantó, y alcanzó a tocar apenas el borde de su manto. En ese
momento se dio cuenta de que se había sanado. Su fe tenía como
centro, no el manto, sino la Persona que usaba el manto. En ese
toque estaba concentrada la fe de su vida, y al instante su dolor y su
debilidad desaparecieron. Inmediatamente sintió la vibración de una
corriente eléctrica que pasaba por cada fibra de su ser. La invadió
una sensación de perfecta salud. “Y en seguida... sintió en el cuerpo
que estaba sana de aquel azote”.
Marcos 5:29
.—
Carta 111, 1904
.
La fe no está en las cosas
—No había poder sanador en el manto.
Fue la fe en la Persona que vestía el manto lo que le restauró la
salud.—
Manuscrito 105, 1901
.