Página 169 - Mente, C

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La formación del carácter
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beneficios de la debida preparación y educación en los primeros años
de la vida, pero estas ventajas de por sí no los habrían hecho lo que
fueron. Llegó el tiempo cuando debían actuar por sí mismos; cuando
su futuro dependía de su propia conducta. Entonces decidieron ser
leales a las lecciones que les fueron enseñadas en la niñez. El temor
de Dios, que es el principio de la sabiduría, fue el fundamento de su
grandeza. El Espíritu de Dios fortaleció todo verdadero propósito,
toda noble resolución.—
CRA 33 (1890)
.
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Una filosofía falsa y peligrosa
—El espiritismo asegura que los
hombres son semidioses no caídos; que “cada mente se juzgará a
sí misma”; que el “verdadero conocimiento coloca a los hombres
por encima de toda ley”; que “todos los pecados cometidos son
inocentes”, porque “todo lo que existe es correcto”, y porque “Dios
no condena”. Pretende que los seres humanos más viles están en
el cielo, exaltados. Declara a todos los hombres: “No importa qué
hagáis; vivid como os plazca; el cielo es vuestro hogar”. Multitudes
llegan así a creer que el deseo constituye la ley suprema, que el
desenfreno es libertad, y que el hombre es responsable solamente
ante sí mismo.—
La Educación, 227, 228 (1903)
.
Cómo ser vencedores
—Debemos hacer frente a todos los obs-
táculos colocados en nuestro camino y vencerlos uno a uno. Si
vencemos la primera dificultad, seremos más fuertes para afrontar la
segunda y con cada esfuerzo nos haremos más capaces de progresar.
Podemos ser vencedores, contemplando a Jesús. Pero cuando fija-
mos la mirada en las dificultades y esquivamos las batallas serias en
favor del bien, nos volvemos débiles e incrédulos.—
Mensajes para
los Jóvenes, 43 (1893)
.
Una entrega total todos los días
—Dando un paso después de
otro se puede subir la más elevada cuesta, y llegar finalmente a la
cima del monte. No os sintáis abrumados por la gran cantidad de
trabajo que tenéis que hacer en el espacio de vuestra vida, pues no
se requiere de vosotros que lo hagáis todo a la vez. Aplicad toda
facultad de vuestro ser a la tarea del día, aprovechad toda preciosa
oportunidad, apreciad las ayudas que Dios os da y avanzad paso a
paso por la escalera del progreso. Recordad que habéis de vivir sólo
un día a la vez, que Dios os ha dado ese día, y los registros celestiales
mostrarán cómo habéis valorado sus privilegios y oportunidades.
Ojalá aprovechéis cada día que Dios os ha dado de modo tal, que al