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Mente, Cáracter y Personalidad 2
No se debe usar mal ni abusar de ninguna de ellas. Las inclinacio-
nes subalternas deben mantenerse bajo el control de las facultades
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superiores.—
Carta 139, 1898
.
Salud del cuerpo y de la mente
—La vida de Daniel es una
ilustración inspirada de lo que constituye un carácter santificado.
Presenta una lección para todos, y especialmente para los jóvenes.
El cumplimiento estricto de los requerimientos de Dios es benéfico
para la salud del cuerpo y la mente.
A fin de alcanzar las más altas condiciones morales e intelec-
tuales, es necesario buscar sabiduría y fuerza de Dios, y observar
estricta temperancia en todos los hábitos de la vida. En la expe-
riencia de Daniel y de sus compañeros tenemos un ejemplo del
triunfo de los principios sobre la tentación a complacer el apetito.
Nos muestra que por medio de los principios religiosos los jóvenes
pueden triunfar sobre los apetitos de la carne, y permanecer leales
a los requerimientos divinos, aun cuando ello les cueste un gran
sacrificio.—
EC 21 (1881)
.
La vida sana favorece la perfección del carácter
—Una vida
pura y sana es sumamente favorable para la perfección del carác-
ter cristiano y para el desarrollo de las facultades de la mente y el
cuerpo.—
The Review and Herald, 1
o
de diciembre de 1896
;
Coun-
sels on Health, 41
.
La mente, los tendones y los músculos deben trabajar ar-
moniosamente
—Mediante el uso apropiado de nuestras facultades
hasta el máximo de sus posibilidades y en el más útil de los empleos,
mediante la preservación de cada órgano de manera que la mente, los
tendones y los músculos trabajen armoniosamente, podemos hacer
el servicio más precioso en favor de Dios.—
The Youth’s Instructor,
7 de abril de 1898
.
La felicidad es el resultado de la acción armoniosa de todas
las facultades
—Los que sirven a Dios con sinceridad y en verdad
serán gente peculiar, diferente del mundo, separada del mundo. Pre-
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pararán sus alimentos, no para fomentar la glotonería ni complacer
el gusto pervertido, sino con el fin de obtener para sí mismos la
mayor fortaleza física, y por consiguiente las mejores condiciones
mentales...
Nuestro Padre celestial nos ha concedido la gran bendición de
la reforma pro salud, para que podamos glorificarlo al obedecer