Página 205 - Mente, C

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La imaginación
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Ud. misma, la han apartado por mucho tiempo del bien. Por años yo
he conocido su caso pero me he sentido incompetente para presentar
el asunto de manera clara, para que Ud. pudiera verlo, comprenderlo
y darle una solución práctica a la luz que se le da.—
Testimonies for
the Church 3:69 (1872)
.
Las madres y la imaginación
—Se me han mostrado madres
dominadas por una imaginación enfermiza, cuya influencia se ha
hecho sentir sobre sus maridos e hijos. Hay que mantener cerrada
la ventana, porque la madre es sensible al aire frío. Si siente frío y
se cambia de ropa, cree que hay que tratar a sus hijos de la misma
manera. De ese modo toda la familia pierde fortaleza física. Todos
reciben los efectos de su mente, y daño físico y mental como conse-
cuencia de la imaginación enfermiza de una mujer que se considera
criterio para gobernar a toda la familia...
Hay quienes atraen la enfermedad sobre sí mismos como con-
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secuencia de sus malos hábitos; sin embargo, aun frente a la luz
y al conocimiento seguirán adheridos a su propia conducta. Ra-
zonan de esta manera: “¿Acaso no hemos probado esto? ¿No lo
sabemos por experiencia propia?” Pero la experiencia de alguien
cuya imaginación es defectuosa, no debería tener mucho peso para
nadie.—
Testimonies for the Church 2:524 (1870)
.
Cómo dominar la mente
—Los seres humanos son entes con
libertad moral, y como tales deberían obligar sus pensamientos para
que transcurran por los canales apropiados. Aquí hay un amplio
campo en el cual la mente se puede explayar con seguridad. Si Sata-
nás trata de desviarla hacia cosas subalternas y sensuales, deberían
traerla de vuelta y concentrarla en las cosas eternas; y cuando el
Señor vea que se hace un esfuerzo decidido para retener solamente
los pensamientos puros, atraerá la mente como un imán, limpiará los
pensamientos y los capacitará para que se purifiquen de todo pecado
secreto. “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra
el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia de Cristo”.
2 Corintios 10:5
.
La primera obra que tienen que hacer los presuntos reformadores
consiste en purificar la imaginación. Si la mente se desvía en una
dirección equivocada, debe ser obligada a volver y espaciarse sólo
en temas puros y elevados. Cuando se vean tentados a ceder ante una
imaginación corrompida, deberían huir hacia el trono de la gracia