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Mente, Cáracter y Personalidad 2
sición feliz, alegre y tolerante en la casa, y todo saldrá bien.—
Carta
12, 1863
.
No todos piensan lo mismo
—Se necesita servir con todo el
corazón al tratar con las mentes. Recordémoslo. A menudo nos sen-
timos tentados a criticar a un hombre que ocupa una elevada posición
de responsabilidad, porque no hace las cosas como nosotros creemos
que debería hacerlas. Pero el que tiene tantas responsabilidades no
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necesita la crítica de sus colaboradores; necesita recibir ánimo de
ellos, necesita su tolerancia, su paciencia y sus oraciones. Necesita
la presencia de Cristo en su vida; porque no siempre dispone de
hombres sabios y sin prejuicios para que lo aconsejen.
En la confusión de las muchas responsabilidades y de los nume-
rosos pedidos de ayuda, puede cometer errores. Entre las decenas de
pedidos de auxilio, puede parecer que su caso ha sido dejado a un
lado. Recuerde entonces las pesadas responsabilidades que han sido
puestas sobre aquel que Ud. piensa que no ha cumplido su deber.
Recuerde que puede resultarle imposible acceder a su pedido. Tal
vez sea un gran error concedérselo.—
Carta 169, 1904
.
El Señor está de parte de sus mensajeros
—El Señor quisiera
que toda inteligencia humana que esté a su servicio se abstenga de
acusaciones graves y de injurias. Se nos ha instruido que avancemos
con sabiduría hacia los que están afuera. Dejen en manos de Dios la
tarea de condenar y juzgar. Cristo nos invita: “Venid a mí todos los
que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde
de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”.
Mateo 11:28,
29
.
Todos los que acepten esta invitación se pondrán en el yugo
juntamente con Cristo. Debemos manifestar en todo momento y
lugar la mansedumbre y la humildad de Jesús. Entonces el Señor
se pondrá de parte de sus mensajeros y hará de ellos sus voceros,
y quien sea vocero de Dios nunca pondrá en labios de los seres
humanos palabras que la Majestad del cielo no quiso pronunciar
cuando contendía con el diablo.—
Carta 38, 1894
.
No piense en las pruebas (consejo a un administrador)
—No
reflexione acerca de cómo se sentía cuando estaba pasando por la
prueba. Ponga a un lado esos sentimientos. Cuando Ud. toma la
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senda de la crítica y de la diatriba, se pone cada vez más áspero y