Página 309 - Mente, C

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El hipnotismo y sus peligros
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inválida y nerviosa. Pero, ¡qué lamentables fueron los resultados!
El Señor me envió de lugar en lugar para advertir acerca de todo
lo que tuviera que ver con esta ciencia.—
Carta 121, 1901
;
Medical
Ministry, 112, 113
.
[743]
Destruye, no restaura
—Quiero hablarle con toda claridad. Ud.
ha iniciado una tarea que nada tiene que ver con la obra de un médico
cristiano, y menos en nuestras instituciones de salud. Si se aplica
esta cura mental a los pacientes, por inocente que parezca, será para
su destrucción, no para su restauración en su desarrollo ulterior.
En el (
capítulo 3
) de 2 Timoteo se nos presentan las personas que
aceptan el error, incluido el de que una mente puede ejercer control
total sobre otra. Dios prohíbe todo lo que se le parezca. La cura
mental es una de las grandes ciencias de Satanás, y es importante
que nuestros médicos vean con claridad el carácter de esta ciencia;
porque por medio de ella les sobrevendrán grandes tentaciones. A
esta ciencia no se le debe ceder ni un ápice de terreno en nuestros
sanatorios.
Dios no ha dado ni un solo rayo de luz ni de permiso a nuestros
médicos para que asuman la tarea de controlar por completo la
mente de otra persona, de manera que ésta cumpla la voluntad ajena.
Aprendamos los métodos y propósitos de Dios. No permitamos que
el enemigo obtenga la más mínima ventaja sobre nosotros. No le
permitamos que nos induzca a controlar la mente de otra persona
hasta el punto que ésta se convierta en una máquina obediente en
nuestras manos. Esta es una ciencia inventada por Satanás.—
Carta
121, 1901
;
Medical Ministry, 113, 114
.
Apártese del hipnotismo (segundo mensaje de advertencia
al médico que empleaba el hipnotismo)
—Hno. y Hna. N, en el
nombre del Señor les pido que recuerden que a menos que cambien
sus sentimientos acerca de la ciencia de la cura mental, a menos que
comprendan que es necesario que sus propias mentes se conviertan
y transformen, llegarán a ser piedra de tropiezo y un espectáculo
lamentable para los ángeles y los hombres.
La verdad ha ejercido poquísima influencia sobre Uds. Es peli-
groso para cualquier persona, no importa cuán buena sea, tratar de
influir en otra mente humana para colocarla bajo el control de su
propia mente. Quiero decirles que la cura por el poder de la mente
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es una ciencia satánica. Uds. ya han ido bastante lejos, a tal punto