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Mente, Cáracter y Personalidad 2
alguna manera lo negamos! Las marcas de la crucifixión que están
en las manos de Cristo nos demuestran que él nos tiene grabados en
sus palmas.—
Manuscrito 16, 1894
.
Dar ánimo restaura el cuerpo y el alma
—Háblenles a los que
sufren acerca de un Salvador compasivo... El mira con compasión a
los que se consideran sin esperanza. Mientras el alma esté llena de
miedo y terror, la mente no puede ver la tierna compasión de Cristo.
Nuestros sanatorios deberían ser medios para brindar paz y reposo a
las mentes perturbadas.
Si Uds. pueden inspirar en el desanimado una fe esperanzada y
salvadora, la alegría y la felicidad ocuparán el lugar del desánimo y
la intranquilidad. Se producirán entonces cambios maravillosos en
su condición física. Cristo restaurará el cuerpo y el alma, y al darse
cuenta de su compasión y amor, descansarán en él. El es la estrella
resplandeciente de la mañana, que alumbra en medio de las tinieblas
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morales de este mundo pecaminoso y corrompido. El es la luz del
mundo, y todos los que le entreguen el corazón encontrarán paz,
reposo y alegría.—
Carta 115, 1905
;
Medical Ministry, 109, 110
.
Los cristianos no son pasivos sino activos
—Un cristiano salu-
dable y en crecimiento no será un receptor pasivo entre sus com-
pañeros. Debe dar tanto como recibir. Nuestras gracias aumentan
mediante el ejercicio. La sociedad cristiana nos proporcionará ai-
re puro para respirar, y al respirarlo debemos ser activos. La obra
cristiana realizada, las simpatías, el ánimo y las instrucciones que
demos a quienes lo necesitan; la abnegación, el amor, la paciencia y
la fortaleza, crearán en nosotros fe, obediencia, esperanza y amor a
Dios...
Es esencial para los músculos y la fortaleza espiritual que el
alma se ejercite. Debe desplegarse actividad espiritual y aprovechar
todas las oportunidades para hacer el bien... Cuanto más fiel sea
una persona en el cumplimiento de sus deberes cristianos, tanto más
vigor desarrollará.—
Nuestra Elavada Vocacion, 262 (1882)
.
Sociabilidad que conduce a Cristo
—Por medio de las relacio-
nes sociales el cristianismo se revela al mundo. Todo hombre y
mujer que han recibido la divina iluminación deben arrojar luz sobre
el tenebroso sendero de aquellos que no conocen el mejor camino.
La influencia social, santificada por el Espíritu de Cristo, debe servir
para llevar almas al Salvador. Cristo no debe permanecer oculto en