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Las relaciones humanas
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Cristo, o desparramamos. Debemos caminar con humildad y andar
derechos, no sea que apartemos a otros de la senda recta.
Deberíamos mantener la más estricta castidad en pensamiento,
palabra y conducta. Recordemos que Dios despliega nuestros peca-
dos secretos a la luz de su rostro. Hay pensamientos y sentimientos
sugeridos y fomentados por Satanás que molestan aun a los mejores
hombres; pero si no se los alberga, si se los rechaza por odiosos,
el alma no se contamina con la culpa y nadie recibe la mancha de
su influencia. ¡Oh, si cada uno de nosotros fuera un sabor de vida
para vida para los que nos rodean!—
The Review and Herald, 27 de
marzo de 1888
.
Efectos abarcantes de la influencia
—Nunca sabremos, hasta
el día del juicio, cuál ha sido la influencia de una conducta amable y
considerada hacia el inconsecuente, irrazonable e indigno. Si des-
pués de la provocación y la injusticia cometidas por ellos, Uds. los
tratan como si fueran inocentes, y hasta se esfuerzan para hacerlos
objeto de especiales actos de amabilidad, estarán desempeñando el
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papel de cristianos; entonces ellos se avergonzarán y se sorprende-
rán, y verán su conducta y su mezquindad con más claridad que si
en un reproche Uds. les hubieran expuesto sus acciones injustas con
toda claridad.—
Carta 20, 1892
;
Medical Ministry, 209, 210
.
Influencia de la falta de cortesía
—Las buenas cualidades que
muchos poseen están ocultas, y en lugar de atraer las almas a Cristo,
las repelen. Si estas personas pudieran ver la influencia de sus mo-
dales descorteses y expresiones descomedidas manifestadas ante los
incrédulos, y pudieran comprender cuán ofensiva es esta conducta
ante la vista de Dios reformarían sus hábitos, porque la falta de
cortesía es una de las piedras de tropiezo más grandes para los pe-
cadores. Los cristianos egoístas, quejosos y amargados entorpecen
el camino para que los pecadores no se interesen en acercarse a
Cristo.—
Nuestra Elavada Vocacion, 231 (1885)
.
Sean amables
—Que se vea a Cristo en todo lo que ustedes
hacen. Que todos vean que ustedes son epístolas vivientes de Jesu-
cristo... Sean amables. Que sus vida ganen los corazones de todos
los que se ponen en contacto con ustedes. Se hace muy poco con
el fin de conseguir que la verdad resulte atractiva para los demás.—
Manuscrito 6, 1889
.