Página 125 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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La observancia del sábado en nuestros restaurantes
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La línea de demarcación trazada entre nuestro pueblo y el mundo
debe mantenerse inequívocamente clara. Nuestra plataforma es la
ley de Dios, por la cual se nos ordena observar el sábado; porque
según se declara distintamente en el
capítulo 31
de Exodo, la obser-
vancia del sábado es una señal entre Dios y su pueblo. “Guardaréis
mis sábados—declara él:—porque es señal entre mí y vosotros
por
vuestras edades,
para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.
Así que guardaréis el sábado, porque santo es a vosotros.... Señal es
para
siempre
entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo
Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.”
Debemos escuchar el “Así dice Jehová,” aun cuando por nuestra
obediencia causemos graves inconvenientes a los que no respetan el
sábado. Por un lado tenemos las supuestas necesidades del hombre;
por el otro las órdenes de Dios. ¿Qué tendrá más peso para nosotros?
En nuestros sanatorios, la familia de los pacientes, los médicos,
enfermeros y auxiliares, debe ser alimentada el sábado como cual-
quier otra familia, con la menor cantidad de trabajo posible. Pero
nuestros restaurantes no deben abrirse en sábado. Asegúrese a los
obreros ese día para rendir culto a Dios. Al mantener las puertas
cerradas el sábado se hace del restaurante un monumento recordativo
de Dios, por el cual se declara que el séptimo día es el verdadero día
de reposo y que en él no debe hacerse trabajo innecesario.
Se me ha indicado que una de las principales razones por las cua-
les deben establecerse restaurantes higiénicos y salas de tratamiento
en los grandes centros es que por este medio se atraerá la atención de
hombres importantes al mensaje del tercer ángel. Al notar que estos
restaurantes son dirigidos de una manera completamente diferente
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de como se manejan los restaurantes comunes, ciertos hombres de
inteligencia empezarán a averiguar las razones de esta diferencia
en los métodos comerciales, e investigarán los principios que nos
inducen a servir alimentos superiores. Así serán llevados a conocer
el mensaje para este tiempo.
Cuando hombres reflexivos encuentren que nuestros restaurantes
se cierran el sábado, harán preguntas acerca de los principios que nos
inducen a cerrar así nuestras puertas el sábado. Al responder a sus
preguntas, tendremos oportunidad de familiarizarlos con las razones
de nuestra fe. Podremos darles ejemplares de nuestros periódicos y