Página 280 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

Basic HTML Version

276
Joyas de los Testimonios 3
El tiempo es corto y nuestras fuerzas deben organizarse para
hacer una obra más amplia. Necesitamos obreros que comprendan
la inmensidad de la tarea y que estén dispuestos a cumplirla, no
por el salario que reciban, sino porque se dan cuenta de que el fin
[296]
está cerca. El tiempo exige más capacidad y una consagración más
profunda. Estoy tan compenetrada de este pensamiento que clamo
a Dios: “Levanta y envía mensajeros que tengan conciencia de su
responsabilidad, mensajeros en quienes la idolatría del yo, fuente de
todo pecado, sea crucificada.”
Una escena impresionante
Una escena muy impresionante pasó ante mí en visiones noctur-
nas. Vi una inmensa bola de fuego que caía en medio de un grupo
de hermosas casas que fueron destruidas instantáneamente. Oí a
alguien decir: “Sabíamos que los juicios de Dios visitarían la tierra,
mas no pensábamos que vendrían tan pronto.” Otros dijeron en tono
de reproche: “Vosotros que sabíais estas cosas, ¿por qué no dijisteis
nada? ¡Nosotros no lo sabíamos!” Y por todas partes oía reproches
parecidos.
Me desperté angustiada. Volví a dormirme y me pareció en-
contrarme en una gran asamblea. Un Ser de autoridad hablaba al
auditorio, señalando un mapamundi. Decía que aquel mapa repre-
sentaba la viña de Dios que debemos cultivar. Cuando la luz celestial
brillaba sobre alguno, debía transmitirla. Debían encenderse luces
en los diferentes lugares y de estas luces se encenderían otras aún.
Estas palabras fueron repetidas: “Vosotros sois la sal de la tierra:
y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? No vale más para
nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres. Vosotros
sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se
puede esconder. Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un
almud, mas sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en
casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos.”
Mateo 5:13-16
.
Vi focos de luz que brillaban desde las ciudades y los pueblos, en
las montañas y los llanos. La Palabra de Dios era obedecida y como
[297]