Página 288 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Joyas de los Testimonios 3
Consecuencias de la negligencia
Se hace comparativamente poco trabajo misionero y, ¿cuál es el
resultado? Las verdades que el Señor nos dió no son enseñadas. Hay
muchos en el pueblo de Dios que no crecen en la gracia. Muchos son
dados a la murmuración. Los que nada hacen para ayudar a otros a
ver la importancia de la verdad presente tienen que sentirse descon-
tentos de sí mismos. Satanás aprovecha este hecho para impulsarlos
a la crítica y la murmuración. Si se dedicasen activamente a conocer
y practicar la voluntad de Dios, sentirían una carga tal por las almas
que perecen, una preocupación tan viva, que nada podría impedirles
obedecer la orden del Maestro: “Id por todo el mundo; predicad el
evangelio a toda criatura.”
Marcos 16:15
.
El Señor quiere que su pueblo despierte de su sueño. El fin
de todas las cosas se acerca. Cuando los que conocen la verdad
colaboren con Dios, se manifestarán los frutos de la justicia. El amor
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de Dios, revelándose en el esfuerzo misionero, llevará a mucha gente
a tener conciencia de la culpabilidad de su conducta. Verán que en
lo pasado su egoísmo les impidió colaborar con Dios. Este mismo
amor, manifestándose en un ministerio desinteresado, inducirá a
muchas almas a creer en la Palabra de Dios tal cual está escrita.
No nos cansemos de trabajar
Dios desea dar a su pueblo el refrigerio del Espíritu Santo, bau-
tizándolo nuevamente en su amor. La falta de poder espiritual no
tiene razón de ser en la iglesia. Después de la ascensión de Cristo,
el Espíritu Santo bajó sobre los discípulos que esperaban, oraban y
creían, con una plenitud y poder que llenó todos los corazones. En lo
porvenir, toda la tierra debe ser iluminada con la gloria de Dios. Los
que habrán sido santificados por la verdad ejercerán sobre el mundo
una santa influencia; una atmósfera de gracia rodeará el mundo. El
Espíritu Santo obrará en los corazones, tomando las cosas de Dios y
revelándolas a los hombres.
* * * * *
Introducir la verdad en ciertos lugares, y luego carecer de valor,
energía y tacto para llevar el asunto adelante, es un gran error; porque