Página 70 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Joyas de los Testimonios 3
obra queda estorbada cuando los agentes humanos no cooperan con
los agentes divinos. Los hombres pueden orar: “Venga tu reino. Sea
hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra;” pero
si en su vida no actúan de acuerdo con su oración, sus peticiones
serán infructuosas.
Pero aunque seamos débiles, sujetos a error y pecado, el Señor
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nos ofrece asociarnos con él. Nos invita a colocarnos bajo la instruc-
ción divina. Uniéndonos con Cristo, podemos realizar las obras de
Dios. “Sin mí—dijo Cristo—nada podéis hacer.”
Por intermedio del profeta Isaías se nos hace esta promesa: “Irá tu
justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.”
Isaías
58:8
. Es la justicia de Cristo la que va delante de nosotros, y la gloria
de Jehová ha de ser nuestra retaguardia. Miembros de las iglesias del
Dios vivo, estudiad estas promesas, y considerad cómo vuestra falta
de fe, de espiritualidad y de poder divino, impiden la llegada del reino
de Dios. Si salierais para hacer la obra de Cristo, los ángeles de Dios
abrirían el camino delante de vosotros, preparando los corazones
para recibir el Evangelio. Si cada uno fuese un misionero vivo, el
mensaje para este tiempo sería proclamado prestamente en todos
los países, a todo pueblo, nación y lengua. Esta es la obra que debe
ser hecha antes que venga Cristo con poder y grande gloria. Invito
a la iglesia a orar fervorosamente para que pueda comprender sus
responsabilidades. ¿Sois individualmente colaboradores de Dios? Si
no, ¿por qué no lo sois? ¿Cuándo os proponéis hacer la obra que el
cielo os ha señalado?
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