Capítulo 2—La unidad en la iglesia
Presentad un frente unido
El testimonio de todo creyente en la verdad ha de ser uno. Todas
vuestras pequeñas diferencias, que hacen surgir el espíritu combativo
entre los hermanos, son artimañas de Satanás para distraer las mentes
del asunto grande y terrible que tenemos delante. La verdadera paz
se producirá en el pueblo de Dios cuando por medio de un celo
unido y la oración ferviente se perturbe en alto grado la falsa paz
que existe. Ahora hay un ferviente trabajo que hacer. Ahora es el
tiempo en que podéis manifestar vuestras cualidades de soldados;
que el pueblo del Señor presente un frente unido a los enemigos de
Dios, de la verdad y la justicia...
Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre la iglesia tem-
prana, “la multitud de los que habían creído era de un corazón y un
alma”.
Hechos 4:32
. El Espíritu de Cristo los hizo uno. Este es el
fruto de permanecer en Cristo...
Necesitamos la iluminación divina. Todo individuo está luchando
para llegar a ser un centro de influencia, y hasta que Dios no trabaje
por su pueblo no verán que la subordinación a él es la única seguridad
para toda alma. Su gracia transformadora en los corazones humanos
conducirá a la unidad, una unidad que todavía no ha sido lograda,
pues todos los que son asimilados por Cristo estarán en armonía
[22]
los unos con los otros. El Espíritu Santo creará unidad.—
Carta 25b,
1892
.
La unidad es nuestro credo
La oración de Cristo a su Padre, contenida en el capítulo 17 de
Juan, ha de ser el credo de nuestra iglesia. Nos muestra que nuestras
diferencias y desuniones deshonran a Dios. Leed todo el capítulo,
versículo por versículo.—
Manuscrito 12, 1899
.
24