Página 300 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

Basic HTML Version

296
Mensajes Selectos Tomo 3
Le digo solemnemente que si toma el paso que ahora se propone
tomar, nunca se recuperará de los resultados del mismo. Si presenta
delante del mundo los males que supone que sus hermanos le han
hecho, habrá algunas cosas que tendrán que decirse del otro lado
[sus oponentes]. Tengo una advertencia que darle.
Con respecto al caso de los que compartieron grandes responsa-
bilidades con Uds. en la Review and Herald, y que se han convertido
en enemigos de la obra: no querréis escuchar el veredicto que se
pronunciará con respecto a ellos cuando el juez se siente y se abran
los libros, y cada hombre sea juzgado según las cosas escritas en
los registros celestiales. Quiero salvarlo de seguir una conducta que
lo una con aquellos que se han ligado con los ángeles caídos, para
hacer todo el daño que puedan a los que aman a Dios y que, bajo
grandes dificultades, están esforzándose para proclamar al mundo la
verdad presente.
La casa publicadora no está sin culpa
—Aquellos contra quie-
nes Ud. hace cargos saben que yo no he aprobado su manera de
tratarlo, y que los he reprendido por su falta de sensibilidad al tratar
su caso. Algunas personas no lo han tratado honradamente. No lo
[349]
han tratado como ellos quisieran ser tratados. Pero a pesar de esto,
¿debiera Ud., en vista de las advertencias dadas, actuar tan manifies-
tamente contra la instrucción recibida? Le ruego que no se separe
de la confianza de sus hermanos y de tomar parte en la obra de las
publicaciones.
Quisiera más bien compartir su pérdida antes que seguir adelante
con este asunto para perjuicio de su alma, dándole a Satanás una
oportunidad de presentar su caso delante de los no creyentes bajo el
aspecto más ridículo, y presentar la oficina de publicaciones de una
manera degradante...
La causa de Dios perjudicada
Quite este caso de manos de los abogados. Me parece terrible
que Ud. proceda directamente en contra de la clara Palabra de Dios,
y que presente al mundo su obra cruel contra el pueblo que guar-
da los mandamientos de Dios. Si esta acción suya fuera dirigida
exclusivamente contra los que han hecho la injusticia, el daño no
sería tan extenso; ¿pero no se da cuenta que despertará prejuicio