Página 37 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

Basic HTML Version

Capítulo 4—La primacía de la palabra
Relación de los escritos de E. G. de White con la Biblia, re-
conociéndola como el Libro supremo
—Recomiendo al amable
lector la Palabra de Dios como regla de fe y práctica. Por esa Pala-
bra hemos de ser juzgados. En ella Dios ha prometido dar visiones
en los “postreros días”, no para tener una nueva norma de fe, sino
para consolar a su pueblo y para corregir a los que se apartan de la
verdad bíblica. Así obró Dios con Pedro cuando estaba por enviarlo
a predicar a los gentiles.
A Sketch of the Christian Experience and
Views of Ellen G. White, 64
;
Primeros Escritos, 78
No ha de tomar el lugar de la Palabra
—El Señor desea que
estudiéis vuestras Biblias. El no ha dado ninguna luz adicional para
tomar el lugar de la Palabra. Esta luz se da con el propósito de
concentrar en su Palabra las mentes confundidas, y si se asimila y
digiere es la sangre y la vida del alma. Entonces se verán buenas
obras cuando la luz brilla en las tinieblas.—
Carta 130, 1901
.
Adquirir las pruebas de la Biblia
—En el trabajo público no
hagáis prominente ni citéis lo que la Hna. White ha escrito, como
autoridad para sostener vuestra posición. El hacer esto no aumentará
la fe en los
Testimonios
. Presentad vuestras evidencias en forma
clara y sencilla, extrayéndolas de la Palabra de Dios. Un “así dice
el Señor” es el testimonio más poderoso que podéis presentar a la
[32]
gente. Que nadie sea educado a mirar a la Hna. White, sino a Dios
poderoso que da las instrucciones a la Hna. White.—
Carta 11, 1894
.
En primer lugar los principios bíblicos, y luego los Testimo-
nios
—Es mi primer deber presentar los principios bíblicos. Enton-
ces, a menos que haya una reforma decidida y concienzuda que
se note en aquellos cuyos casos me han sido presentados, debo
exhortarlos personalmente.—
Carta 69, 1896
.
La obra de E. G. de White no es distinta que la de los profe-
tas bíblicos
—En los tiempos antiguos habló a los hombres por boca
de los profetas y apóstoles. En estos días él les habla por los testimo-
nios de su Espíritu. Nunca hubo un tiempo en que Dios instruyera
33