Capítulo 57—La última gran lucha
Fui movida por el Espíritu de Dios a escribir ese libro (
El con-
flicto de los siglos)
... Sabía que el tiempo era corto, y que las escenas
que pronto han de agolparse sobre nosotros por fin sucederán en
forma repentina y rápida, como se presentan en las palabras de la
Escritura. “El día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”.
1
Tesalonicenses 5:2
.
El Señor ha puesto delante de mí asuntos que son de urgente
importancia para el tiempo presente, y que se extienden hasta el
futuro... Se me aseguró que no había tiempo que perder. Los lla-
mados y amonestaciones deben darse. Nuestras iglesias deben ser
despertadas, deben ser instruidas, para que den la amonestación a
todos aquellos a quienes les sea posible alcanzar. Deben declarar
que viene la espada, que la ira del Señor no será postergada sobre el
mundo libertino. Se me mostró que muchos escucharían la amones-
tación. Sus mentes estarían preparadas para discernir precisamente
las cosas que se les señalen.
Se me mostró... que la amonestación debe llegar a donde el
predicador en persona no puede llegar, y que ella llamaría la atención
de muchos a los importantes sucesos que ocurren en las escenas
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finales de la historia de este mundo.
Acontecimientos venideros le fueron mostrados a Elena de
White
—Al presentarse delante de mí la condición de la iglesia y
del mundo, contemplé las terribles escenas que nos esperan en el
inmediato futuro, y fui alarmada por la perspectiva; y noche tras
noche, mientras todos en la casa dormían, yo redacté las cosas que
me fueron reveladas por Dios. Se me mostraron las herejías que
se levantarán, los engaños que prevalecerán, el poder milagroso de
Satanás—los falsos Cristos que aparecerán—, que engañarán a la
mayor parte, aun en el mundo religioso, y que, si fuera posible,
arrastrarán aun a los escogidos...
Las amonestaciones e instrucciones de este libro las necesitan
todos los que profesan creer la verdad presente, y el libro se adapta
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