Página 411 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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La última gran lucha
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contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor
de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y
elegidos y fieles”.
Apocalipsis 17:13-14
. “Y vi salir de la boca del
dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres
espíritus inmundos a manera de ranas”.
Cap. 16:13
.
Todos los que exaltan y adoran el falso día de descanso, con-
vertido en ídolo, un día que Dios no bendijo, ayudan al diablo y a
sus ángeles con todo el poder de la habilidad que Dios les dio, el
cual han pervertido para usarlo mal. Inspirados por otro espíritu,
que cegará su discernimiento, no pueden ver que la exaltación del
domingo es totalmente una institución de la Iglesia Católica...
El sábado es el asunto que divide el mundo
—El Señor del
cielo permite que el mundo elija a quién quiere tener como su go-
bernante. Lean todos cuidadosamente el capítulo 13 del Apocalipsis,
porque concierne a todo ser humano, grande o pequeño. Todo ser
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humano debe decidirse, ora por el Dios verdadero y viviente, quien
ha dado al mundo el monumento conmemorativo de la creación, el
sábado o séptimo día, ora por un falso día de descanso, instituido
por los hombres que se han exaltado por encima de todo lo que se
llama Dios o que se adore, que han tomado sobre sí mismos los atri-
butos de Satanás para oprimir a los leales y fieles que observan los
mandamientos de Dios. Este poder perseguidor hará obligatorio el
culto de la bestia, insistiendo en la observancia del día de reposo que
él ha instituido. Así blasfema contra Dios, sentándose “en el templo
de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”.
2 Tesalonicenses
2:4
.
Los 144.000 libres de engaño
—Uno de los rasgos notables en
la presentación de los 144.000 es que “en sus bocas no fue hallada
mentira”.
Apocalipsis 14:5
. El Señor ha dicho: “Bienaventurado
el hombre... en cuyo espíritu no hay engaño”.
Salmos 32:2
. Ellos
profesan ser hijos de Dios, y son presentados como siguiendo al
Cordero por dondequiera que va. Aparecen delante de nosotros
como estando en pie sobre el monte Sión, ceñidos para el servicio
santo, vestidos de un blanco manto de lino, que es la justicia de los
santos. Pero todos los que sigan al Cordero en el cielo lo habrán
seguido antes en la tierra, con una obediencia confiada, amante y
dispuesta; lo siguieron no en forma displicente y caprichosa, sino
con toda confianza, lealmente, como el rebaño sigue al pastor...