Página 205 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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El amor y el deber
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que reprende lo malo y el pecado, y al hacer así dice virtualmente al
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pecador: “No se aflija, no se abata; al fin de cuentas usted casi tiene
razón”. Dice al pecador: “Todo te irá bien”.
Dios requiere que sus siervos anden en la luz y no se cubran los
ojos para no discernir las obras de Satanás. Deben estar preparados
para amonestar y reprender a los que están en peligro por causa de
sus sutilezas. Satanás trabaja a diestra y siniestra para obtener ven-
tajas. No descansa. Es perseverante y astuto. Vela para aprovechar
toda circunstancia y utilizarla en su guerra contra la verdad y los
intereses del reino de Dios. Es lamentable que los siervos de Dios,
ante las trampas de Satanás, no ejerzan ni la mitad del cuidado que
deberían ejercer. En vez de resistir al diablo para que huya de ellos,
muchos se inclinan a transigir con las potestades de las tinieblas.
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