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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
es un error. El trabajo debe realizarse en forma que compense.
No se reduzca el precio de los libros por ofrecimientos especiales,
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que pueden llamarse incentivos o cohechos. Dios no aprueba estos
métodos.
Hay demanda de libros a precio bajo, y esta demanda debe ser
satisfecha. Pero el plan correcto consiste en disminuir el costo de
producción.
En los campos nuevos, entre las gentes ignorantes o parcialmente
desarrolladas, hay gran necesidad de libros pequeños, que presenten
la verdad en lenguaje sencillo, y que sean abundantemente ilustrados.
Estos libros deben venderse a bajo precio, y las ilustraciones deben
ser, por supuesto, poco costosas.
Las traducciones
Debe hacerse un esfuerzo mucho mayor para extender la cir-
culación de nuestras publicaciones en todas partes del mundo. La
amonestación debe darse en todos los países y a todos los pueblos.
Nuestros libros se han de traducir y publicar en muchos idiomas
diferentes. Debemos multiplicar las publicaciones de nuestra fe en
inglés, alemán, francés, danés, noruego, sueco, castellano, italiano,
portugués, y muchos otros idiomas; y personas de todas las nacio-
nalidades deben ser iluminadas y educadas, a fin de que puedan
participar también en la obra.
Hagan nuestras casas editoriales todo lo que esté a su alcance
para difundir en el mundo la luz del cielo. De toda manera posible,
llamen la atención de la gente de toda nación y lengua a las cosas
que dirigirán su espíritu hacia el Libro de los libros.
* * * * *
Debe ejercerse mucho cuidado al elegir a los miembros de una
comisión de manuscritos. Los hombres que han de pronunciarse
sobre los libros ofrecidos para la publicación, deben ser pocos y
bien escogidos. Únicamente aquellos que tienen un conocimiento
experimental de lo que es escribir, están capacitados para actuar
en este cargo. Deben escogerse únicamente aquellos cuyo corazón
está bajo el control del Espíritu de Dios. Deben ser hombres de