Página 191 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Carácter sagrado de los instrumentos de Dios
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Sobre este instrumento designado por él, el Señor ejerce un cui-
dado y una vigilancia constantes. La maquinaria puede ser manejada
por hombres hábiles en su dirección; pero cuán fácil sería dejar un
tornillito, una pequeña pieza de la máquina fuera de su lugar, y cuán
desastroso podría ser el resultado. ¿Quién ha impedido los acci-
dentes? Los ángeles de Dios vigilan el trabajo. Si pudiesen abrirse
los ojos de los que manejan las máquinas, discernirían la custodia
celestial. En toda dependencia de la editorial donde se realiza el
trabajo, hay un testigo que toma nota del espíritu con que se realiza,
y anota la fidelidad y la abnegación que se revelan.
* * * * *
Si no he tenido éxito al presentar con claridad la forma como
Dios considera a sus instituciones -como centros mediante los cuales
obra de manera especial- quiera él revelar estas cosas a vuestras
mentes por medio de su Santo Espíritu, para que logren comprender
la diferencia que hay entre un servicio común y uno sagrado.
* * * * *
Tanto los miembros de la iglesia como los empleados de la
casa editora deben sentir que como obreros y colaboradores con
Dios tienen una parte que realizar en la tarea de salvaguardar su
institución. Deberían ser fieles guardianes de sus intereses en cada
renglón, y esforzarse por protegerla, no sólo de pérdidas y desastres,
sino de todo cuanto pudiera profanarla y contaminarla. Nunca una
acción de ellos debería manchar su buen nombre, ni siquiera por el
susurro de una crítica descuidada o de una censura. Las instituciones
de Dios deberían ser consideradas como un encargo sagrado, para
ser cuidadas tan celosamente como el antiguo Israel guardaba el
arca.
* * * * *
Cuando se instruya a los obreros de la casa editora a conside-
rar que este gran centro está conectado con Dios y se halla bajo
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su supervisión; cuando comprendan que constituye un canal por
medio del cual la luz del cielo debe ser comunicada al mundo, la