Página 127 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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El olvido
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Nosotros el pueblo de su prado,
y ovejas de su mano.
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestro corazón,
como en Meriba,
Como en el día de Masah en el desierto,
Donde me tentaron vuestros padres,
Me probaron, y vieron mis obras.
Cuarenta años estuve disgustado
con la nación,
Y dije: Pueblo es que divaga de corazón,
Y no han conocido mis caminos.
Por tanto, juré en mi furor
Que no entrarían en mi reposo.
Salmos 95
.
Cantad a Jehová cántico nuevo;
Cantad a Jehová, toda la tierra.
Cantad a Jehová, bendecid su nombre;
Anunciad de día en día su salvación.
Proclamad entre las naciones su gloria,
En todos los pueblos sus maravillas.
[134]
Porque grande es Jehová, y digno
de suprema alabanza;
Temible sobre todos los dioses.
Porque todos los dioses de los pueblos
son ídolos;
Pero Jehová hizo los cielos.
Alabanza y magnificencia delante de él;
Poder y gloria en su santuario.
Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos,
Dad a Jehová la gloria y el poder.
Dad a Jehová la honra debida a su nombre;
Traed ofrendas, y venid a sus atrios.
Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad;
Temed delante de él, toda la tierra.
Decid entre las naciones: Jehová reina.
También afirmó el mundo, no será conmovido;