Página 249 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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¡Rumbo a la patria!
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miembros laicos a los campos que maduran para decir a los des-
preocupados e indiferentes que busquen al Señor mientras puede ser
hallado. Los obreros hallarán su mies dondequiera que proclamen
las verdades olvidadas de la Biblia. Hallarán quienes aceptarán la
verdad y dedicarán su vida a ganar almas para Cristo.
El Señor va a venir pronto, y debemos estar preparados para
recibirle en paz. Resolvamos hacer todo lo que está en nuestro poder
para impartir luz a los que nos rodean. No debemos estar tristes,
sino alegres, y recordar siempre al Señor Jesús. Él va a venir pronto,
y debemos estar listos y aguardar su aparición. ¡Oh, cuán glorioso
será verle y recibir la bienvenida como sus redimidos! Largo tiempo
hemos aguardado; pero nuestra esperanza no debe debilitarse. Si tan
sólo podemos ver al Rey en su hermosura, seremos bienaventurados
para siempre. Me siento inducida a clamar con gran voz: “¡Vamos
rumbo a la patria!” Nos estamos acercando al tiempo cuando Cristo
vendrá con poder y grande gloria para llevar a sus redimidos a su
hogar eterno.
* * * * *
“Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos
esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos
gozaremos y nos alegraremos en su salvación”.
Isaías 25:9
.
* * * * *
[265]
“Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad,
allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos.
He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la
hija de Sión: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con
él, y delante de él su obra. Y les llamarán pueblo santo, redimidos de
Jehová; y a ti te llamarán ciudad deseada, no desamparada”.
Isaías
62:10-12
.
* * * * *
En la gran obra final encontraremos perplejidades que no sabre-
mos resolver; pero no olvidemos que las tres grandes potestades del
cielo están obrando, que una mano divina está sobre el timón y que