El resultado de la reforma
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gran cantidad de trabajo que no guarda ninguna relación con la obra
que con fe y amor ha de llevarse a cabo para la salvación de los seres
humanos. El tiempo y el talento se han utilizado en hacer una clase
de trabajo que no glorifica a Dios. Se ha gastado mucho esfuerzo en
líneas de trabajo que no hacen nada para diseminar el conocimiento
de la verdad.
Ya es tiempo de que se dé la debida consideración a este asunto.
Este error debe ser corregido. No es sabio gastar dinero para estable-
cer empresas que consumen y no producen. Algunos reclaman que
se necesita más espacio en las casas publicadoras. Pero hay amplio
espacio en ellas, y cuando se proceda correctamente, verán que es
suficiente.
Debiera recibirse mucho menos material de tipo comercial en
nuestras oficinas de publicación, y ninguno del que contiene opinio-
nes satánicas. La introducción de tal material destruye todo sentido
de lo sagrado en la institución. La institución entera se rebaja. Cuan-
do se mezcla lo profano con lo sagrado, existe siempre el peligro de
que lo profano tome el lugar de lo sagrado.
¿Cómo considera el Señor el uso de las imprentas de sus insti-
tuciones para imprimir los errores del enemigo? Cuando se mezcla
el material indeseable con el sagrado que sale de nuestras impren-
tas, su bendición no puede descansar sobre el trabajo hecho. Dijo
el divino Maestro: “¿Qué habéis ganado con admitir este trabajo
ajeno? Os ha causado mucha aflicción de espíritu; y los trabajadores
han tenido que apresurarse para terminar el material dentro de un
tiempo limitado. Esto ha ocasionado confusión y disensión. Se han
pronunciado palabras duras y se ha introducido en la oficina un es-
píritu desagradable. La ganancia financiera no se puede de ninguna
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manera comparar con la pérdida que se ha sufrido al tener que andar
apresurando, obligando, regañando, y quejándose”.
Que el Señor ayude a su pueblo a ver que esto no es sabio y que
se pierde mucho más de lo que se gana. Si no se hubiera acumulado
tanta maquinaria y mano de obra en un solo lugar mientras otros
rincones de la viña carecían de instalaciones; si se hubiese gastado
más dinero en levantar fábricas en diferentes lugares, se habría
agradado más a Dios. No ha sido la ambición santificada lo que
ha llevado a la inversión de tanto dinero en un solo lugar. Nuestros
hermanos se equivocan al sostener tantas imprentas para imprimir un