Página 166 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

Basic HTML Version

La unión entre diferentes nacionalidades
“Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. “Mas el que bebiere
del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que
yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”.
Juan 7:37; 4:14
.
Si, no obstante estas promesas que se nos hacen, preferimos
permanecer marchitos y agotados por falta de agua viva, la culpa
será nuestra solamente. Si fuéramos a Cristo con la sencillez de un
niño que dirige a sus padres terrenales, para pedirle las cosas que nos
ha prometido, creyendo que las recibiremos, las obtendríamos. Si
todos hubiéramos ejercitado la fe como debiéramos haberlo hecho,
habríamos recibido en nuestras asambleas una mayor medida del
Espíritu de Dios. Me alegro de que aún nos quedan algunos días
antes de finalizar estas reuniones. Ahora debemos preguntarnos:
¿Acudiremos a beber a la fuente? ¿Darán ejemplo los que enseñan la
verdad? Dios hará grandes cosas por nosotros si con fe aceptamos su
palabra al pie de la letra. ¡Ojalá viéramos aquí a todos los corazones
humillándose delante de Dios!
Desde el principio de estas reuniones se me ha instado a es-
paciarme mucho en el amor y la fe. Ello se debe a que necesitáis
este testimonio. Algunos de los que han entrado en estos campos
misioneros han dicho: “No comprendéis al pueblo francés; no com-
prendéis a los alemanes. Hay que tratarlos de esta o aquella manera”.
Pero pregunto: ¿Acaso Dios no los entiende? ¿No es él quien
da a sus siervos un mensaje para la gente? El sabe exactamente
lo que cada cual necesita; y si el mensaje viene directamente de
[145]
él, por intermedio de sus siervos, cumplirá la obra que motiva su
envío; todos serán unificados en Cristo. Aun cuando algunos sean
categóricamente franceses, otros decididamente alemanes y otros
profundamente americanos, todos llegarán a ser tan categóricamente
semejantes a Cristo.
El templo judío fue construído con piedras labradas que se saca-
ron de las montañas. Y cada piedra era preparada para su lugar en el
162