Página 210 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Nos espera un tiempo de prueba
Un tiempo de grandes pruebas nos espera. Ahora es cuando
nos corresponde emplear todas nuestras capacidades, todos nuestros
dones, para el adelantamiento de la obra de Dios. Las facultades que
Dios nos ha dado deben servir, no para destruir, sino para edificar.
Aquellos que están engañados por su ignorancia no deben perma-
necer en esta condición. El Señor dice a sus mensajeros: Id a ellos
y decidles que yo os he mandado, sea que quieran o no quieran
escuchar.
Cercano está el tiempo cuando los que proclaman la verdad
serán perseguidos. La perspectiva no es halagüeña; pero no deben
cesar nuestros esfuerzos en favor de los que van a perecer, y por
cuyo rescate dio su preciosa vida el Príncipe del cielo. Cuando
un medio fracasa, probemos con otro. Pongamos vida en nuestros
esfuerzos. Trabajemos por Dios entretanto la vida nos es concedida.
En todas la épocas de la historia, los mensajeros de Dios han estado
expuestos al oprobio y a las persecuciones por causa de la verdad.
Pero dondequiera que los hijos de Dios estén obligados a ir, aun
si son desterrados a las islas desiertas, como lo estuvo el discípulo
amado, Cristo sabrá donde están; él los confirmará y los bendecirá;
los llenará de paz y de alegría.
Muy pronto el mundo entero estará atribulado. Cada cual debe
tratar de conocer a Dios. No tenemos tiempo que perder. Con celo
y fervor debemos anunciar este mensaje: “A todos los sedientos:
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Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid comprad, y
comed. Venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche”.
Isaías
55:1
. “Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia: porque
cercana está mi salud para venir, y mi justicia para manifestarse.
Bienaventurado el hombre que esto hiciere, y el hijo del hombre que
esto abrazare; que guarda el sábado de profanarlo, y que guarda su
mano de todo mal”.
Isaías 56:1-2
.
Dios ama a su iglesia con un amor infinito. Nunca deja de velar
sobre su heredad. Sólo permite las aflicciones que su iglesia necesita
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