Página 16 - Cartas a J

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Un anticipo del cielo
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El hombre no fue creado para que viviese en la soledad; había
de tener una naturaleza sociable. Sin compañía, las bellas escenas
y las encantadoras ocupaciones del Edén, no hubiesen podido pro-
porcionarle perfecta felicidad. Aun la comunión con los ángeles,
no hubiese podido satisfacer su deseo de simpatía y compañía. No
existía nadie de la misma naturaleza y forma a quien amar y de quien
ser amado.
Dios mismo dio a Adán una compañera. Le proveyó de una
“ayuda idónea para él”, alguien que realmente le correspondía, una
persona digna y apropiada para ser su compañera y que podría ser
una sola cosa con él en amor y simpatía. Eva fue creada de una
costilla tomada del costado de Adán; este hecho significa que ella
no debía dominarlo como cabeza, ni tampoco debía ser humillada
y hollada bajo sus plantas como un ser inferior, sino que más bien
debía estar a su lado como su igual, para ser amada y protegida por él.
Siendo parte del hombre, hueso de sus huesos y carne de su carne,
era ella su segundo yo; y quedaba en evidencia la unión íntima
y afectuosa que debía existir en esta relación. “Porque ninguno
aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y regala”. “Por
tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse ha a su
mujer, y serán una sola carne”.
Efesios 5:29
;
Génesis 2:24
.
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Dios celebró la primera boda. De manera que la institución del
matrimonio tiene como su autor al Creador del universo. “Honroso
es en todos el matrimonio”.
Hebreos 13:3
. Fue una de las primeras
dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos instituciones que,
después de la caída, llevó Adán consigo al salir del paraíso. Cuando
se reconocen y obedecen los principios divinos en esta materia, el
matrimonio es una bendición: salvaguarda la felicidad y la pureza
de la raza, satisface las necesidades sociales del hombre y eleva su
naturaleza física, intelectual y moral”
Al unir en matrimonio las manos de la santa pareja diciendo:
“Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y
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