Página 106 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
Dios ha ordenado el colportaje como un medio de presentar a
la gente la luz contenida en nuestros libros, y los colportores deben
comprender cuán indispensable es presentar al mundo tan pronto
como sea posible los libros necesarios para su educación e ilustración
espirituales. Esta es en verdad la obra que el Señor quiere que su
pueblo haga en este tiempo. Todos los que se consagran a Dios para
trabajar como colportores están ayudando a dar el último mensaje de
amonestación al mundo. No podemos estimar demasiado altamente
esta obra; porque si no fuese por los esfuerzos del colportor, muchos
no oirían nunca la amonestación
Nuestros impresos debieran ir a todo lugar. Publíquense en mu-
chos idiomas. El mensaje del tercer ángel debe darse por este medio
tanto como por la predicación de viva voz. Despertad, vosotros que
creéis en la verdad para este tiempo. Os incumbe el deber actual
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de proveer todos los medios posibles para sostener a quienes com-
prenden la verdad, para que la proclamen. Una parte de los ingresos
provenientes de la venta de nuestras publicaciones debiera servir
para aumentar nuestro equipo de herramientas, a fin de poder así
producir una cantidad mayor de impresos destinados a abrir los ojos
de los ciegos y a enternecer los corazones
Se me ha indicado que aun donde la gente oye el mensaje del
predicador, el colportor debe realizar su obra en cooperación con el
ministro; porque aunque el predicador presente fielmente el mensaje,
la gente no lo puede retener todo. La página impresa es por lo
tanto esencial, no sólo para despertarlos y hacerles comprender la
importancia de la verdad para este tiempo, sino para arraigarlos
y fundamentarlos en la verdad, y corroborarlos contra los errores
engañosos. Los libros y periódicos son los medios dispuestos por
el Señor para mantener constantemente el mensaje para este tiempo
delante de la gente. En cuanto a iluminar y confirmar a la gente
en la verdad, las publicaciones harán una obra mayor que el solo
ministerio de la palabra hablada. Los mensajeros silenciosos que
son colocados en los hogares de la gente por la obra del colportor,
fortalecerán la obra del ministerio evangélico de todas maneras,
porque el Espíritu Santo impresionará la mente de los que lean los
libros, como impresiona la mente de los que escuchan la predicación
de la palabra. El mismo ministerio de los ángeles que acompaña a la