Página 424 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
de influencia la obra de un médico y la de un ministro evangélico.
Su obra se recomienda por sí misma al buen juicio de la gente
Así es como deben trabajar nuestros médicos. Hacen la obra del
Señor cuando trabajan como evangelistas y presentan instrucciones
acerca de la forma como el alma puede ser sanada por el Señor Jesús.
Todo médico debiera saber orar con fe por los enfermos, como tam-
bién administrar el tratamiento adecuado. Al mismo tiempo debiera
trabajar como un ministro de Dios para enseñar arrepentimiento,
conversión y salvación del alma y el cuerpo. Esta combinación de
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trabajo ampliará su experiencia y extenderá notablemente su influen-
cia
La obra médica abrirá puertas para la verdad
Los enfermeros y enfermeras misioneros pueden desempeñarse
en diversos ramos de trabajo. Hay oportunidades para los enfermeros
de ambos sexos bien preparados para que vayan hasta los hogares
y allí procuren despertar el interés por la verdad. En casi todas
las comunidades hay grandes números de personas que no asisten
a ningún servicio religioso. Para alcanzar a estas personas con el
Evangelio, hay que llevarlo a sus hogares. Con frecuencia el alivio
de sus necesidades físicas constituye el único camino por el cual es
posible aproximarse a ellos.
Los enfermeros y enfermeras misioneros que cuidan a los en-
fermos y alivian la aflicción de los pobres, encontrarán muchas
oportunidades para orar con ellos, para leerles la Palabra de Dios y
hablarles del Salvador. Pueden orar con y por los desvalidos que ca-
recen de fuerza de voluntad para controlar los apetitos que la pasión
ha degradado. Pueden llevar un rayo de esperanza a las víctimas
derrotadas y desanimadas. La revelación de un amor sin egoísmo,
manifestado por medio de actos de bondad desinteresada, hará más
fácil que estas personas dolientes crean en el amor de Cristo
Se me ha mostrado que la obra médica misionera descubrirá
en los mismos abismos de la degradación, a hombres que una vez
poseyeron intelectos cultivados, aptitudes muy valiosas, quienes
serán rescatados de su condición caída por un trabajo apropiado.
La verdad tal cual es en Jesús es lo que debe presentarse ante las
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mentes humanas después que se las ha atendido con simpatía y