Página 430 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Capítulo 57—Nuestras relaciones con las
autoridades civiles y con las leyes
El apóstol delineó claramente cuál debía ser la actitud de los
creyentes hacia las autoridades civiles: “Someteos a toda institución
humana, ya sea al rey como superior, ya a los gobernadores, como
por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los
que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo
bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como
libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para
hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a
los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey”.
1 Pedro 2:13-17
Ciertos hombres han sido colocados sobre nosotros para gober-
narnos, y hay leyes que rigen al pueblo. Si no fuera por estas leyes, la
condición del mundo sería peor que la actual. Algunas de estas leyes
son buenas y otras malas. Las últimas han estado aumentando, y aun
hemos de vernos en dificultades. Pero Dios sostendrá a su pueblo
para que se mantenga firme y viva de acuerdo con los principios de
su Palabra
[572]
Vi que en cada caso es nuestro deber obedecer las leyes de
nuestro país, a menos que estén en conflicto con la ley superior que
Dios pronunció con voz audible desde el Sinaí, y que grabó luego en
piedra con su propio dedo. “Daré mi ley en su mente, y la escribiré en
su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”.
Jeremías 31:33
. El que tiene la ley de Dios escrita en el corazón
obedecerá a Dios antes que a los hombres, y desobedecerá a todos
los hombres antes que desviarse en lo mínimo del mandamiento de
Dios. Los hijos de Dios, enseñados por la inspiración de verdad e
inducidos por una buena conciencia a vivir según toda Palabra de
Dios, tendrán su ley escrita en el corazón como la única autoridad
que puedan reconocer u obedecer. La sabiduría y la autoridad divina
son supremas
El gobierno bajo el cual Jesús vivió era corrompido y opresivo;
por todos lados había abusos clamorosos: extorsión, intolerancia
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