Los milagros mentirosos de Satanás
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Ecrón? Por tanto, así ha dicho Jehová: Del lecho en que estás no te
levantarás, sino que ciertamente morirás”.
2 Reyes 1:3, 4
.
Los magos de los tiempos paganos equivalen a los medium
espiritistas, clarividentes y adivinos de hoy. Las místicas voces que
hablan en Endor y en Efeso están extraviando todavía a los hijos de
los hombres con palabras mentirosas. Si se descorriera el velo ante
nuestros ojos, podríamos ver a los ángeles malignos empleando todas
sus artes para engañar y destruir. Donde se ejerza influencia para
inducir a los hombres a olvidar a Dios, allí está Satanás ejerciendo
su poder hechicero. Cuando los hombres se entregan a su influencia,
antes que se den cuenta la mente se confunde y el alma se contamina.
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El pueblo de Dios de la actualidad debería prestar atención a la
amonestación del apóstol a la iglesia de Efeso: “No participéis en
las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas”.
Efesios 5:11
La oración de fe
Si nuestros ojos fueran abiertos y pudiéramos discernir la obra
que efectúan los ángeles caídos con aquellos que se sienten tranqui-
los y seguros, no nos sentiríamos tan seguros. Los malos ángeles
nos siguen en todo momento. Es lógico que los hombres malos
estén dispuestos a obrar como les sugiere Satanás; pero mientras
que nuestra mente no está en guardia contra sus agentes invisibles,
ellos asumen nuevas posiciones y obran maravillas y milagros ante
nuestros ojos. ¿Estamos preparados para resistirles por la Palabra de
Dios, la única arma que podemos usar con éxito?
Algunos estarán tentados a recibir esos prodigios como prove-
nientes de Dios. Habrá enfermos que sanarán delante de nosotros. Se
realizarán milagros ante nuestra vista. ¿Estamos preparados para la
prueba que nos aguarda cuando se manifiesten más plenamente los
milagros mentirosos de Satanás? ¿No serán entrampadas y apresadas
muchas almas? Al apartarse de los claros preceptos y mandamientos
de Dios, y al prestar oído a las fábulas, la mente de muchos se está
preparando para aceptar estos prodigios mentirosos. Todos debemos
procurar armarnos ahora para la contienda en la cual pronto debere-
mos empeñarnos. La fe en la Palabra de Dios, estudiada con oración
y puesta en práctica, será nuestro escudo contra el poder de Satanás
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