Página 461 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Capítulo 62—El tiempo del zarandeo
El apóstol exhorta a los hermanos con estas palabras: “Por lo
demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su
fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar
firmes... en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. ¡Oh,
que día está delante de nosotros! ¡Qué zarandeo habrá entre aquellos
que pretenden ser hijos de Dios! Los injustos serán encontrados entre
los justos. Los que tienen gran luz y no han andado en ella, tendrán
tinieblas correspondientes a la luz que han despreciado. Necesitamos
prestar atención a la lección contenida en las palabras de Pablo:
“Sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que
habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”.
El enemigo está trabajando diligentemente para ver a quién puede
añadir a las filas de la apostasía; pero el Señor viene pronto y antes
de mucho todo caso será decidido para la eternidad. Aquellos cuyas
obras corresponden con la luz que les fue misericordiosamente dada,
se encontrarán del lado del Señor
Pero los días de la purificación de la iglesia se están apresurando
rápidamente. Dios tendrá un pueblo puro y verdadero. En el podero-
so zarandeo que pronto ocurrirá, estaremos mejor capacitados para
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medir la fortaleza de Israel. Las señales revelan que está cercano
el tiempo cuando el Señor manifestará que su aventador está en su
mano, y purificará completamente a su pueblo
Victoria para los que buscan la liberación
Me fue mostrado el pueblo de Dios y lo vi poderosamente sacu-
dido. Algunos, con robusta fe y clamores de agonía, intercedían ante
Dios.
Vi que algunos no participaban en esta lucha e intercesión. Pare-
cían indiferentes y negligentes. No resistían a las tinieblas que los
envolvían, y éstas los encerraban como una espesa nube. Vi que los
ángeles de Dios se apartaban de ellos y acudían en auxilio de los que
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